Con el lema ¿Y ahora qué?, el pasado sábado 16 de octubre se realizaron, en Sevilla, Barcelona y Valencia, las revisiones formativas de las 21 personas que han participado, durante el verano de 2023, en las experiencias de voluntariado internacional y campos de trabajo. Se compartieron las vivencias, los aprendizajes, reflexionando sobre qué les ha cambiado la vida y a qué compromiso se sienten llamados a partir de ahora.
En palabras de Eva Caballero, responsable de Voluntariado de Bosco Global, “el grupo de este año ha sido especial, muy implicado; creo que han sabido sacarle el jugo a la experiencia y que seguirán implicándose, desde aquí, por las personas más vulnerables desde diferentes acciones y participando en la actividad de Bosco Global.”
En Barcelona se escucharon las experiencias vividas en Bolivia, Ecuador, México, Ghana y el campo de trabajo en Ceuta. Hubo espacio para la reflexión, el acompañamiento, la reflexión y la evaluación de las experiencias, con el leitmotiv de ser coherentes con todo lo que han vivido. Las personas participantes estaban muy contentas por haber participado, y se encuentran con el corazón abierto a nuevas experiencias y con ganas de seguir aprendiendo, creciendo y cambiando el mundo.
En Sevilla, en la casa salesiana de Triana, se tuvo la oportunidad de revisar las experiencias realizadas en Ghana, México, Marruecos y Ceuta. Se hizo un repaso del camino recorrido previo a la experiencia, el trabajo en el terreno y la reflexión a la vuelta. De manera unánime, las personas voluntarias remarcaban que, para ellas, ha sido un antes y un después en su vida, un cambio en la forma de mirar el mundo y de afrontar su compromiso diario.
Por último, en Valencia se revisaron las experiencias en Ceuta y en México. Mediante fotos y testimonios, se compartieron las experiencias, los aprendizajes y dificultades, pero, sobre todo, los cambios que esta experiencia ha supuesto en sus vidas. Se cerró la experiencia con la propuesta, a las personas voluntarias, para que formaran parte activa de la entidad, en la comisión de voluntariado y en las delegaciones locales.
A partir de ahora se abre un nuevo camino de compromiso, solidaridad y justicia para las 21 personas que, tras la experiencia de voluntariado internacional, quieren seguir comprometidas con los países empobrecidos, desde su realidad diaria y cotidiana. Ahora es cuando toca poner en práctica todo lo aprendido durante el verano.