La obra pretende acercar la figura sencilla de Sor Eusebia Palomino, una joven salesiana que vivió enamorada de Jesús y entregada a los demás en el primer tercio del siglo XX. El público podrá descubrir a una mujer que supo experimentar en cada momento, en la cotidianidad del día a día, el encuentro con el Señor.
La idea de un musical en honor a Sor Eusebia comenzó a fraguarse en la casa de espiritualidad El Pilar de Sanlúcar la Mayor (Sevilla), perteneciente a las salesianas. 2015 era el año idóneo para presentar este musical como un regalo triple: "A Sor Nieves Reboso, que terminaría sexenio de animación y gobierno en la Inspectoría María Auxiliadora; a Don Bosco, en su Bicentenario; y al año de la vida consagrada, por ser Sor Eusebia una religiosa ejemplar".
Las entradas para el musical salieron a la venta con un precio de 8 euros. Se pueden adquirir en el Teatro Municipal de Valverde del Camino, lugar en el que se estrenará el musical ´Voz de Dios´ el próximo 19 de abril, a las 17:00 horas
Un tesoro escondido en el corazón
Nacida el 15 de diciembre de 1899 en Cantalpino (Salamanca) en el seno de una familia pobre, Eusebia Palomino Yenes no tuvo una infancia fácil, pero en su casa nunca faltó la fe. En ocasiones, acompañaba a su padre, Agustín, a pedir limosna por los pueblos de alrededor. Él le inculcó un gran amor a Jesús. Todavía siendo una niña, Eusebia tuvo que abandonar el colegio para trabajar como niñera y poder ayudar a los suyos.
Más adelante, se marchó con su hermana mayor, Dolores, a Salamanca para seguir trabajando. Allí comenzó a frecuentar el oratorio de las Hijas de María Auxiliadora. Las Hermanas la invitaron a quedarse como ayudante. Poco a poco, se sintió llamada a dar un paso más en su vida.
La Madre Vicaria fue a Salamanca y aceptó a Eusebia como postulante. Realizó su noviciado en Barcelona y se convirtió en Hija de María Auxiliadora en 1924. Destinada a Valverde del Camino como cocinera y ayudante doméstica, realizó su trabajo ordinario de manera extraordinaria.
Muchos acudían a ella en busca de un consejo. Transmitía el estilo alegre de Don Bosco y María Mazzarello, tan característico de la espiritualidad salesiana, y enriquecía a los demás gracias a su cercanía al Señor.
Antes de morir tuvo visiones y éxtasis. Fue hacia el Señor el 10 de febrero de 1933. Juan Pablo II la declaró Beata el 25 de abril de 2004. Su cuerpo descansa en Valverde.