Algunos dicen que los inmigrantes son delincuentes, que vienen a robarnos o que deberían regresar a su país. Sin embargo, la realidad es que las personas que han venido de otros países están teniendo un papel fundamental en esta pandemia. Algunos de ellos están trabajando en hospitales, en el transporte, en campos, y en otros muchos otros servicios que están siendo esenciales para el país, además de aportar con su cotización a la Seguridad Social cuando cuentan con la documentación necesaria. Este trabajo, a veces, lo realizan siendo explotados, sufriendo abusos y viviendo en condiciones infrahumanas.
Muchas personas inmigrantes también están mostrando su cara más solidaria en estos momentos realizando una labor de voluntariado social en muchos lugares de España. Voluntariado como el que están realizando en Córdoba, Moussa, Mounir, Abdelah y Mouhssine, cuatro jóvenes de la Fundación Don Bosco, procedentes de Marruecos y Guinea.
Estos jóvenes voluntarios del Proyecto Buzzetti están participando en el reparto de alimentos que realizan Cáritas y la Parroquia de Santa Luisa de Marillac en el Barrio del Guadalquivir, que están trabajando sin descanso al lado de las familias más afectadas por la pandemia. Gracias a todos las personas voluntarias como Abdelah, Moussa, Mouhssine, Mounir, Ayoub y muchas más por vuestra labor y ejemplo, que también desmonta el discurso de la xenofobia con solidaridad y mucho corazón.
