Del miércoles santo, 28 de marzo, al domingo de resurrección, 1 de abril, Cristina Martínez, técnico de Educación para el Desarrollo en Jóvenes y Desarrollo, tuvo la oportunidad de vivir una Pascua en la frontera. Viajó a Ceuta junto con la asociación Elin para encontrarse con una veintena de jóvenes procedentes de España, Ceuta y varios países de África, y celebrar la Pascua.
Estos jóvenes, acompañados por tres religiosas de la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna, participaron en los diferentes momentos que hay organizados para vivir los días de la semana santa en una clave concreta, relacionada con la experiencia de muerte y de vida que supone la frontera sur.
Explica Cristina que ha decidido vivir esta Pascua en la periferia porque cree que “son unos días para desconectar de lo cotidiano (sin necesidad de salir de casa) y conectar en otro sentido”. “Llevo muchos años colaborando y participando de la pascua del centro juvenil y este año se me presentó la oportunidad de participar en esta experiencia. Conozco la realidad de la frontera en Ceuta por otros momentos en los que he pasado por allí y creo que vivir los días de Pascua en un lugar donde la muerte y la vida están tan presentes tiene mucho sentido. Además, compartiendo con personas de muchos orígenes culturales e incluso religiosos.
Cristina Martínez ha sido monitora del Centro Juvenil de Villena durante 7 años, ahora es vicepresidenta de la Federación de Centros Juveniles de la Comunidad Valenciana y trabaja como técnico de Educación para el Desarrollo en Jóvenes y Desarrollo y como técnico de voluntariado en la Fundación Ángel Tomás.