Del 5 al 9 de febrero Joan Marquès i Calafat, delegado inspectorial de Animación Misionera, e Isrrael Hernández y Norbert Mamba, los dos misioneros miembros de la inspectoría María Auxiliadora, han participado en el encuentro de misioneros del proyecto Europa en Annecy (Francia) junto con el resto de integrantes de las inspectorías participantes del mismo proyecto. "Ha sido un tiempo de encuentro con uno mismo, con su realidad y experiencia, con los demás misioneros para compartir, convivir y aprender, y con Dios que nos manda. Ha sido también un tiempo de crecimiento como persona, como cristiano, como salesiano y como misionero en Europa", comparten los jóvenes salesianos participantes en esta experiencia formativa.
“Crecer es sufrir”, decía Guillermo Basañes, Consejero General de las Misiones, refiriéndose durante sus intervenciones a diferentes experiencias y realidades de la misión en Europa, además de presentar durante el encuentro el ejemplo de San Francisco de Sales. Su vida y espiritualidad ocuparon la mayor parte de la reflexiones, diálogos, visitas, etc. "Este sufrimiento debe acercarnos a los que más sufren, a los que más nos necesitan para cumplir con ellos el sueño de Don Bosco: buenos cristianos y honrados ciudadanos", comentan tras los días de encuentro.
"La misión no es cuestión del espacio geográfico o histórico, la misión es en contrario un estilo de vida y una convicción personal. El único criterio es tener un corazón misionero. Es decir: vivir la sencillez y la humildad que caracterizaron San Francisco de Sales, no tener miedo a los cambios, de vivir a contra corriente, etc. y, como Don Bosco, siempre dar el primer paso; salir de nuestras zonas de confort e ir al encuentro del “otro” a pesar de las diferencias, apoyándose en la oración y contando con el apoyo de Dios. No se trata de nosotros o de lo que queremos nosotros, si no de lo que Dios quiere porque es su misión; Él nos llama y nos envía", añaden Isrrael y Norbert como conclusión de lo vivido.
El encuentro finalizó la noche del sábado 8 de febrero con un rico momento de oración vesperal animada por la inspectoría María Auxiliadora, seguido por la cena y una sobre mesa misionera muy enriquecedora.