“Las necesidades alimentarias son muy grandes y aumentan cada día, la desnutrición es enorme. Se está viviendo una situación desesperada”, explican los misioneros salesianos que trabajan en el país. El conflicto armado en la región de Tigray entre el Ejército y el Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF) cumple un año. “Un año de crisis humanitaria que ha afectado a la población más vulnerable y que la ha dejado en una situación crítica”, explica Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas.
El conflicto ha dejado miles de muertos, más de dos millones de personas desplazadas y más de 100.000 personas refugiadas en Sudán. Más de siete millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente para sobrevivir, según alertan los organismos internacionales. Además, más de 100.000 menores están en grave riesgo por la hambruna que sufre la población y podrían morir en los próximos meses.
La falta de asistencia sanitaria por la destrucción de hospitales y la falta de combustible son también graves problemas para una población abandonada a su suerte. “La falta de gasolina hace que el transporte de la ayuda sea complicado y nos dicen que sólo una mínima parte de los camiones llega a su destino”, dice Muñoz. “Los bancos permanecen cerrados y la falta de dinero hace que la población no pueda acceder a productos básicos”, explican los misioneros. A pesar de las dificultades, los misioneros salesianos están acompañando a las personas y repartiendo la ayuda que les llega en un país que atraviesa enormes dificultades y que teme que el conflicto se extienda a otras regiones del país. “En la actualidad, estamos ayudando a más de 8.000 familias, en especial a madres y menores que sufren desnutrición”, añaden los misioneros salesianos.
Desde Misiones Salesianas se unen a la petición de los organismos internacionales para que cesen los enfrentamientos y la ayuda humanitaria llegue a la población que lo necesita. Además, desde su organización mantienen abierta la campaña Emergencia Etiopía para ayudar a esa población que se encuentra en un estado de máxima necesidad.