En la actualidad, según datos de ACNUR, más de 68’5 millones de personas en el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares por conflictos bélicos, por persecuciones por su género, raza, religión, orientación sexual u opiniones políticas o debido a las consecuencias del cambio climático. En España, las solicitudes de protección internacional aumentaron de forma significativa durante el último año. Sin embargo, CEAR apunta que se rechazaron 3 de cada 4 solicitudes de asilo y se acumularon más de 78.000 solicitudes pendientes de resolver.
Ante esta realidad, las entidades que forman parte de la Coordinadora Estatal de Plataformas Sociales Salesianas: Asociación Valponasca, Federación Pinardi, FISAT, Fundación Boscos, Fundación Don Bosco, Fundación JuanSoñador, Fundación María Auxiliadora, Fundación Mornese, Fundación Valsé y Salesians Sant Jordi, trabajan en acompañar los procesos de acogida e integración de las personas solicitantes de protección internacional en España. Principalmente se acompaña a niños, niñas, adolescentes y jóvenes, muchos de ellos y ellas no acompañadas, pero también desarrollan programas para atender a sus familias y personas adultas especialmente vulnerables. Actualmente, las plataformas sociales salesianas atienden a más de 500 personas solicitantes de protección internacional o refugiadas.
Especialmente, destaca el programa de acogida integral de jóvenes de 18 a 26 años, solicitantes de protección internacional y refugiados. Se considera que su condición de refugiado y joven les hace doblemente vulnerables. Además se encuentran solos, sin ninguna red de apoyo familiar y sin posibilidad de acceso a la vivienda y a empleo en condiciones dignas. Durante 2018 se han atendido a 38 jóvenes solicitantes protección internacional procedente principalmente de Guinea Conakry, Afganistán, Siria y Palestina. Del total de solicitudes presentadas, solamente una ha sido aprobada, habiéndole reconocido el estatus de protección subsidiaria y el resto, continúan pendiente de resolución.
A través de la campaña “Tu voz es también refugio”, las Plataformas Sociales Salesianas quieren sellar su compromiso por la acogida y la inclusión de todas aquellas personas solicitantes de protección internacional y en situación de vulnerabilidad de nuestra sociedad. Por ello, las plataformas sociales salesianas se piden a ellas mismas, a los miembros de la Familia Salesiana, a todas las personas cristianas, a nuestros gobiernos locales, regionales y central y a la ciudadanía en general que se garanticen los medios necesarios para defender los derechos y la dignidad de las personas solicitantes de protección internacional o refugiadas.
Para asegurar condiciones adecuadas de recepción, el fomento de su desarrollo integral y promover la integración a través de la participación de las personas migrantes y refugiadas para enriquecer las comunidades, se requiere mejorar el sistema de solicitud de protección internacional. Actualmente “nos preocupa el tiempo que transcurre desde que se pide cita hasta que te la dan, por ejemplo, ahora mismo si pides una cita de renovación te dan la cita para dentro de 5 meses. Además, los tiempos de recuperación de las personas no son tan cortos como el programa de acogida que el Estado español plantea”, señala una técnica especializada en refugio de las plataformas sociales salesianas.
Con esta campaña se pretende defender y exigir que se cumplan los Derechos Humanos, así como frenar los bulos y las mentiras que dañan cada día a las personas solicitantes de protección internacional y refugiados. Los educadores y educadoras de las plataformas sociales salesianas, a través de las redes sociales oficiales de las entidades con el hashtag #TuVozTambiénEsRefugio, han narrado el testimonio de jóvenes solicitantes de protección internacional, prestando su voz para visibilizar su esfuerzo y coraje. Asimismo, animan a toda la sociedad a que den un paso al frente por estas personas, dando su voz para combatir noticias falsas y mentiras. Entre todas podemos construir una sociedad mejor, más fraterna, más justa y más solidaria, donde sea reconocida la dignidad de todas las personas.