La afirmación “Todo salesiano es comunicador-educador-evangelizador” se la hemos oído en muchas ocasiones ¿es algo ya consolidado en la Congregación?
Es un desafío, porque la formación anterior no desarrolló ni acentuó en nosotros esta dimensión de la misión, ser comunicadores. Comunicamos, no solo informamos cosas. En algún momento nos hemos quedado con el hecho de que Don Bosco (que era un comunicador nato) hacía cosas de comunicación y entonces acentuamos ser tipógrafos o editores, nos quedamos con esa parte, y fuimos muy fuertes en eso y todavía lo somos, pero se nos olvidó que se trataba de un sector de la misión salesiana, de una gran dimensión de la misión salesiana, no solo se trataba de hacer cosas de comunicación, si no de ser comunicadores.
¿En que se incide más para alcanzar esa idea?
Necesitamos tiempo para que muchos hermanos salesianos lo vean y por este motivo, uno de los puntos importantes del proyecto del sexenio es la formación a ser comunicadores, es algo prioritario. Un punto a favor es que la comunicación está adquiriendo en la sociedad y la cultura cada vez mucha más fuerza e importancia y no podemos ya no entender que esto que es parte integral de la vida del ser humano, lo fue desde el comienzo para Don Bosco y la naciente Congregación, y por supuesto que lo es más ahora para los jóvenes.
En su caso ¿es comunicador por vocación o por obediencia?
(risas…) Tengo que decir que, en mi caso, la conciencia de ser comunicador llegó tarde y por obediencia. Después de mis estudios de comunicación tomé conciencia que era comunicador por ser salesiano, por mi vocación, porque todo salesiano, es un comunicador, un evangelizador y un educador al mismo tiempo.
Cuando pregunté por qué comunicación si yo prefería estudiar Sagrada Escritura o Pastoral Juvenil, me respondieron: lo que importa es que seas mejor salesiano y ayudes a serlo a otros. El centro estaba en ser mejor salesiano y no en estudiar comunicación u otra materia. Me encantó la respuesta y aquí me tienes tratando de hacerla vida.
Ha nombrado el proyecto del sexenio, ¿podría proponer 5 retos para estos seis años para la Familia Salesiana, 5 retos no sólo estratégicos sino también personales?
El primero, unidad, colaboración y sinergia con la Familia Salesiana, no sólo en el ser familia, si no en el comunicar hacia dentro y hacia fuera con la fuerza de ser la verdadera Familia de Don Bosco: “todo a la mayor gloria de Dios y a la salvación de las almas”.
El segundo reto, es capacitarme y capacitarnos cada vez más siguiendo la evolución que están siguiendo las nuevas culturas, los nuevos lenguajes, creo que no es fácil y no podemos darlo por hecho.
Tercero, tratar de escuchar mucho más, el sentir verbal y no verbalizado de lo que pasa a mis hermanos y la Familia Salesiana cuando no pueden comunicarse con los jóvenes.
Un cuarto reto es buscar las actitudes, los contenidos y las estrategias más importantes para estar entre los jóvenes, de acuerdo a nuestra misión y vocación. No podemos ni debemos estar en todo. Debemos centrarnos en los puntos de la comunicación en la que somos verdaderamente indispensables.
El último reto: llegar a lo más simple de la comunicación, cuánto más sea hombre de oración y más auténtico seré mejor comunicador. Imitar a Jesús, imitar a Don Bosco. Comunicar para ellos no estaba centrado en los instrumentos, estaba centrado en la relación, de Jesús con el Padre y de Don Bosco con Dios y desde ahí con los discípulos, y con los jóvenes.