Este encuentro tuvo lugar del 7 al 13 de abril en Annecy (Francia), con una motivación especial por la celebración de los 400 años de la muerte de San Francisco de Sales. Por este motivo, los salesianos que en España están en formación inicial (posnovicios, tirocinantes, coadjutores en formación, estudiantes de Teología) fueron a la tierra que fue testigo del nacimiento, la vivencia y tareas pastorales de un gran hombre de Dios, San Francisco de Sales. De él, Don Bosco tomó espíritu, intuiciones pastorales y hasta el nombre para la congregación que fundó.
Para los salesianos es fundamental conocer en profundidad los lugares, sitios en los que San Francisco de Sales ejercició su ministerio, ya que en esos territorios se encuentran las raíces del carisma salesiano.
Todo por amor
La predicación de los Ejercicios Espirituales corrió a cargo del salesiano Eugenio Albuquerque, quien se encargó de presentar las meditaciones sobre el santo y, a su vez, la de ser guía en aquellos sitios en donde se encuentran las fuentes que forjaron el gran corazón de San Francisco de Sales.
Los temas que fueron motivo de meditación y reflexión fueron la llamada a ser santos, el humanismo salesiano, ser contemplativos en la acción, la ascesis en la espiritualidad salesiana, entre otros. Todo ello para descubrir la relación entre San Francisco de Sales y Don Bosco y para ver cómo el santo turinés supo actualizar en su tiempo el carisma del santo de Annecy y hacerlo válido para lo que el Señor le pedía en su momento y cómo todo ello lo ha transmitido a sus salesianos.
Para los salesianos en formación fueron unos días de descanso, reflexión, meditación, pero, sobre todo, de oración para afinar el corazón a la voz del Señor que habla y renueva la llamada para un seguimiento más cercano. Días en las raíces del carisma salesiano que sirvieron para descubrir que Dios se muestra como un Padre que envía a sus hijos a seguir siendo signos y portadores de su amor a los jóvenes más pobres y necesitados.