Por Paco Pepe Pérez, director Comunidad Bartolomé Blanco.
Nos repiten una y otra vez que esta Navidad será diferente. Es posible, que las manifestaciones exteriores sean muy distintas: reuniones con menos personas, sin viajes, sin macro-fiestas, sin cabalgatas de reyes, etc… Pero la celebración de la Navidad será la misma de siempre.
Para ello ha contado con la ayuda de una chica de dieciséis años. Una chica nada especial, corriente, sencilla y desconocida. Vivía en una aldea perdida que ni aparecía en el mapa. Recuerda como fue aquel momento en el que el mensajero, de tan buena noticia, se le presentó para hacerle la propuesta. Tuvo miedo, le surgieron dudas, no sabía muy bien como se desarrollarían los acontecimientos, pero “se fió”, confió en Dios, sin tener nada seguro. Y es que cuando quieres a alguien te fías plenamente de él.
María había experimentado que el Padre de todo lo que existe la amaba infinitamente y ante la propuesta de ser madre de Jesús, dijo SI. Un SI con mayúsculas, un SI sin condiciones, un SI inmediato, un SI para siempre. Todos nos hemos beneficiado de ese SI. Y ahora te toca a ti. No te hagas el remolón.
Has empezado el Adviento de la mano de María, deja que ella te ayude a plantearte la vida con seriedad, a escuchar la llamada que Dios te hace a vivir feliz entregando la vida por completo a los demás y aprende de ella a confiar, a superar todos los miedos y a lanzarte a la aventura del AMOR.
Piensa por un momento que de tu SI o de tu no, depende la felicidad de muchas personas.
Buen adviento y ¡FELIZ NAVIDAD!
