Pregunta-Respuesta: Cristina Riquelme. Coordinadora del programa ALRASO de FISAT.
¿Cómo vives el carisma de Don Bosco en tu día a día?
Lo más importante es que el educador o la educadora sea realmente cercano a la gente con la que trabaja; que las personas sientan que estamos ahí y que estaremos ahí pase lo que pase. Siempre habrá personas a las que en un momento determinado les digamos algo que no quieren oír, pero siempre vamos a ser cercanos.
El ambiente de amplia acogida, familiar facilita mucho el trabajo que se hace con las personas.
Por otro lado, también valoro mucho el tema del educador de patio. Esto se puede ver en el día a día. Los educadores siempre están en los momentos de ocio, no se trabaja sólo en un ambiente educativo, formal de aula sino que en el patio, en el momento de juego, en el momento de descanso, siempre hay un educador y siempre hay intención educativa. No son momentos simplemente de estar sino estar con sentido educativo. A través de esos momentos se potencia mucho que se puedan trabajar otro tipo de aspectos que dentro de un aula o de un ambiente más cerrado no se puede.
¿Cómo veis el fenómeno actual de la inmigración?
Creo creo que actualmente se deberían hacer políticas más integradoras más acogedoras para que las personas migrantes de verdad participen en igualdad de condiciones respecto a las personas nacionales, en la vida pública, en la vida social. Para eso las políticas no deberían centrarse tanto en los números sino de verdad más en la integración. No deberían estar tan centradas en la migración e intentar que en todas las leyes, en todos los programas sociales, en todos los ámbitos: educativo, social, sanitario, etc. se integrará una perspectiva intercultural. Creo que sería una manera mucho más acogedora y mucho más efectiva para que las personas migrantes realmente pudieran participar, como un miembro más de la sociedad
¿Cómo animarías a los jóvenes a implicarse por los últimos y transformar la realidad local?
Yo les diría a los jóvenes -escucho mucho eso de que no me gustan las cosas como están- que para que las cosas cambien hay que implicarse. Si tú realmente quieres que el mundo, que la sociedad vaya por otro camino, empuja, sé tú el impulsor de ese camino y haz todo lo que puedas para que la sociedad se transforme en el sentido que tú quieres.
Cuando realmente te implicas en un proyecto, en una actividad, en una acción social, la persona que más se beneficia eres tú porque te enriquece y aprendes.
Puedes implicarte en el ámbito que más te guste; hay muchísimas opciones: medio ambiente, juventud, ocio, integración, dar clases de español… hay muchísimos otros ámbitos en los que un joven se puede implicar.
Y si tú haces un poquito, las cosas van a cambiar y van a mejorar y vas a estar orgulloso de decir: yo fui parte de ese cambio y a largo plazo he conseguido un resultado que me gusta.