Autor: Miguel Ángel Pareja Rivas
Hablar de la llegada de los salesianos a Granada es hablar de la “Huerta de los Capuchinos” y de la familia López-Barajas. Sin duda fue una fundación muy compleja y jalonada de contratiempos, lo que hizo que se dilatara enormemente.
La “Huerta de los Capuchinos” fue comprada en 1843 por Doña Juana de Dios Cuadrado, Vda. de López-Barajas. Como esta finca pertenecía al Estado como consecuencia de la desamortización, es intención de la familia devolver parte de dichos bienes a la iglesia. Hubo que esperar más de 60 años para que sus nietos, los hermanos López-Barajas Damas, en el año 1916 hicieran donación en favor de los salesianos.
Esta familia desde muchos años antes albergaba el sueño de que los hijos de Don Bosco pudieran establecerse en esta ciudad. Casi medio siglo hubo de pasar para que el sueño se hiciera realidad, pues no llegarán a establecerse hasta 1946.
Salesianos de la talla de Don Manfredini o don Ángel Mateos lucharon por sacar adelante las “Escuelas salesianas”. Si bien durante los primeros años aquello fue un auténtico Valdocco, nunca se llegaron a crear las escuelas profesionales deseadas. Con los años 60 llega la época de crecimiento; un colegio nuevo, el bachillerato, el centro juvenil, el cine-club…. Los salesianos se han convertido en un colegio de gran prestigio.
Llegaron los aires del Concilio Vaticano II y tras el Capítulo Inspectorial Extraordinario se decide el traslado del colegio a un barrio más popular: el Zaidín. Se quería a D.Bosco encarnado en unas escuelas de FP en un barrio donde predominaba una población de aluvión de clase predominantemente obrera. Un barrio nuevo y escasamente dotado de infraestructuras. Aquello supuso algo más que un cambio, supuso una ruptura. Se puede decir que el traslado supuso un “empezar de nuevo”. Corría el año 1977.
Poco a poco se fue cogiendo fama, sobre todo en la familia de Imagen y Sonido, donde se fue pionero y no solo en Granada, sino en Andalucía. Un colegio de “puertas abiertas” donde siempre había un patio para jugar. La consolidación en el Zaidín llega con la LOGSE, nuestro colegio anticipará la reforma y lo convertirá en referente educativo; una persona clave: Don Miguel Aragón.
Fruto de todo aquello es un colegio con todas las etapas educativas: Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato y FP (Básica, Grados Medios y Superior) de las familias de Electricidad, Imagen y sonido y Administración de empresas. Importante es la implicación de la Familia Salesiana y la presencia de la Fundación don Bosco.