Es una asociación de laicas y laicos sin ánimo de lucro, internacional (presente en cuatro continentes y 55 países), promovida por el Instituto de las FMA.
ORÍGENES
En 1908, guiadas por Don Rinaldi y por Sor Caterina Arrighi, un grupo de exalumnas del oratorio de Turín se organizan como asociación con el fin de compartir y difundir en su entorno los valores de una herencia educativa destinada a las futuras generaciones de exalumnas/os diseminadas por todo el mundo. De aquel año data su primer reglamento.
En 1988 es reconocida oficialmente como grupo de la familia salesiana. Todos los grupos de la Familia Salesiana se han nutrido históricamente de exalumnas y exalumnos FMA, ya que es uno de los grupos más numerosos. ¡Se encuentran por todas partes!
Se consideran exalumnas/os de las FMA todos aquellos que han sido educados en una obra de las FMA sin distinciones étnicas, sociales, culturales ni religiosas. Además de las exalumnas/os que libremente soliciten adherirse a la asociación, pueden inscribirse todos aquellos que, no habiendo sido educados en una obra de las FMA, las han conocido y han asumido los valores salesianos en su vida.
COMPROMISO
Cada exalumna/o contribuye responsablemente en la afirmación de los valores en los que se fundamenta la dignidad de la persona, actuando en diferentes ámbitos de acción: en la Iglesia, en la familia, en el ambiente de trabajo y estudio, en el mundo político y social, en el ámbito de la escuela, del tiempo libre y de la comunicación social (art.5, Estatutos Confederales 2015).
En el año 1908 nació en la Familia Salesiana una nueva figura de laica/o, de manera que hoy nos enorgullecemos de ser la rama laical del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora o, lo que viene a ser lo mismo, “Hijas de María Auxiliadora operantes en el mundo”, según la expresión de la Madre Eulalia Bosco (1934). Y al encontrarnos dentro de la más variada realidad social, laboral, etc., ser exalumna o exalumno es también la Epifanía del carisma salesiano en el mundo.
La Asociación de las exalumnas y exalumnos, como el Instituto de las FMA, está llamada a responder a las nuevas exigencias de los tiempos a las que el Papa Francisco se refiere continuamente. Ya que el destinatario del carisma salesiano es siempre la persona del joven en su delicada fase de crecimiento educativo, es el deber y la tarea constante de las exalumnas/os (en su mayor parte madres y padres, abuelas y abuelos, catequistas, educadoras/es, enseñantes…) encontrar las formas idóneas para seguir haciendo hoy de la educación un objetivo en la vida. Muchas y muchos han salido hacia las nuevas fronteras educativas en las periferias, que son siempre fronteras del amor, único lenguaje que los jóvenes comprenden. Porque las exalumnas y exalumnos saben hablar de la vida, ofreciendo perspectivas de sentido y testimonios de una santidad encarnada en la vida cotidiana.