Sergio Rizos
«La historia de Córdoba en el siglo XX comienza con la llegada de los Salesianos al barrio de San Lorenzo». Así relataban las crónicas de la época el comienzo de siglo para los cordobeses.
En efecto, en 1901 surgió la Fundación Salesiana de Córdoba en la popular barriada de San Lorenzo. Tan solo habían pasado 20 años desde que nuestro maestro y fundador, San Juan Bosco, enviara a los Salesianos a Utrera para cumplir su misión con los jóvenes de Andalucía.
La fundación del Colegio Salesiano de Córdoba se debe principalmente a la gestión de tres personas que en todo momento apoyaron la venida de los salesianos a la ciudad. Por un lado, el prelado de la Diócesis, Excmo. Dr. José Pozuelo y Herrero; por otro, el párroco D. Mariano Amaya Castellano, que no descansó ni un momento hasta ver a los salesianos en su parroquia de San Lorenzo; y finalmente y no por ello el menos importante, el sacerdote D. Francisco de Paula Romero Bolloqui, que él solo sufragó íntegramente la empresa.
Así que el 1 de diciembre de 1901, domingo primero de Adviento, fue la fecha escogida para la deseada inauguración que se desarrolló en dos escenarios distintos: la primera parte, religiosa, en la parroquia de San Lorenzo; y la segunda, de carácter más popular, en la nueva casa de los Salesianos que anteriormente era una huerta sita en la calle Mayor de San Lorenzo, nº 168. En sus comienzos, el colegio estaba compuesto por el director, Don Juan Castellano (Pbro), dos acólitos y tres hijos de María Auxiliadora.
El Superior de las Casas Salesianas de Andalucía, Don Pedro Ricaldone, ofició la inauguración acompañado de un considerable número de autoridades cordobesas y vecinos del barrio. Desde ese mismo momento, el colegio constituye un aporte sustantivo y entrañable en el desenvolvimiento y evolución de Córdoba. Hoy día, forma parte del patrimonio cordobés aportando una gran riqueza cultural que no cesa de fluir cada vez con mayor pujanza.