María Rabinal, Comisión Inspectorial de Centros Juveniles
En nuestra Inspectoría contamos con diversas escuelas de animación y tiempo libre gestionadas por la propia Inspectoría o las Federaciones de Centros Juveniles. En Aragón tenemos la Escuela Pirineos; en Valencia Don Bosco Escola; en la Región de Murcia, de reciente creación, Recrea y en Andalucía la Escuela Don Bosco. Aunque la realidad de las escuelas salesianas de tiempo libre en España es muy dispar, en nuestra Inspectoría son la base de la formación en nuestros centros juveniles. ¿Por qué? Las escuelas de tiempo libre forman a los animadores/as y educadores/as y en gran parte, también depende de ellas la transmisión de valores y la identidad salesiana.
Desde hace unos años el paradigma digital ha forzado a las escuelas a cambiar su forma de impartir los cursos de monitor y director de tiempo libre por la aparición de la modalidad a distancia. Se nos vienen a la cabeza palabras como comodidad, flexibilidad, libertad, recursos… pero también impersonalidad, frialdad, algo que, de primeras, parece alejado de la cercanía y familiaridad que nos caracteriza.
Debido a estos cambios, a finales de febrero de 2020, tuvo lugar en Zaragoza el VI Foro de Escuelas de Tiempo Libre Salesianas con la temática de la formación a distancia. Los expertos nos dieron a conocer nuevos términos y enfoques formativos, con los que reflexionamos para situarlos en nuestras realidades.
Nuestro pensamiento inicial era claro: “Dejamos los contenidos importantes para la parte presencial y lo menos importante online”. ¡Error! Los animadores y animadoras conviven con la tecnología. Si formamos con eLearning (modalidad mixta: presencial y a distancia), les estamos acercando más a la realidad. Por ejemplo, se pueden aprender danzas presencialmente y luego completar la formación con una búsqueda de recursos sobre danzas para niños.
Esta nueva forma de enseñanza y aprendizaje requiere que todos (estudiantes, profesores e instituciones) aprendamos nuevas competencias. Si solamente trasladamos una formación presencial a eLearning (formación a distancia utilizando Internet), probablemente no resultará exitosa; hace falta reorganizar la formación. Para lograr que el aprendizaje sea significativo, es más útil realizar evaluación continua y no solo un examen o trabajo final.
Pero ¿cómo podemos impregnar nuestra huella salesiana en la formación a distancia? Con pequeños detalles, como por ejemplo, utilizar materiales corporativos; impartiendo formaciones centradas en la persona, personalizando, y partiendo de su propia experiencia; fomentar la reflexión y el sentido crítico puede darle un valor añadido… Por último, y quizá lo más importante, evitar que el alumnado sienta soledad. Para ello, tenemos que hacer lo mismo que presencialmente: acercarnos a ellos. ¿Cómo? Enviando emails con los que se sientan acogidos, cuidando los abandonos, pidiendo feedback, dando refuerzo positivo, etc. Al fin y al cabo, como decía Don Bosco, no basta amar, es preciso que se sientan amados.