Joan Pedrola i Santamarta (Barcelona, septiembre 1964). Treinta y cuatro años de presencia docente en el colegio de Mataró. Tras desarrollar diversas tareas en el ámbito de la coordinación tutorial, pedagógica y pastoral, actualmente está animando la estructura de grupos de fe i de espiral solidaria de la casa, y se siente profundamente implicado en la Obra salesiana de Mataró.
Edad: 55 años.
Un número: el 2.
Una ciudad: Mataró.
Una canción: cualquier letra con mensaje social no caduco, desde Diguem no de Raimon hasta Rincones secretos del granadino Lapido o Sunday Bloody Sunday de U2.
Un libro: El nombre de la rosa como ficción. Los ensayos de E.Carbonell para intentar entendernos, y los de Y.N.Harari para intentar comprender el mundo en que vivimos.
Una película: Los chicos del coro de Christophe Barratier.
¿Qué personaje de serie te gustaría ser?: el doctor Mark Green de Urgencias o Ned Stark de Juego de Tronos.
Aficionada a: los juegos de mesa y al ajedrez.
Comida favorita: el gazpacho en verano y la “carn d’olla” (cocido catalán) en invierno
Algo que no te quitas nunca: el anillo de boda.
Una cualidad: la perseverancia; soy de clase media pero constante.
Un recuerdo de verano salesiano: el camino de Turín a Chieri por el colle della Magdalena y por el Pino Torinese con los compañeros de la FISA 06.
La verdadera amistad: la exenta de cualquier tipo de peaje y que sabe perdonar las miserias de cada uno.
El amor más puro: el primero.
La mejor experiencia en clave salesiana: la vivencia del grupo, acompañar y sentirte acompañado.
Es posible renunciar a todo por: amor, aunque a veces tengo mis dudas sobre si podría hacerlo.
Si volvieras atrás: procuro no planteármelo nunca.
Un lema: dnada es imposible, como mínimo en el intento.
Algo que cambiarías del mundo: diría que el mundo está en constante evolución y prefiero centrar mi atención en la tarea colectiva de la construcción del Reino aquí y ahora.
María Auxiliadora: mater et magistra, modelo de humildad, sencillez y atención a la voluntad de Dios, la verdadera boétheia en tiempos difíciles.
La vocación en pocas palabras: todos estamos llamados a descubrir el motor de nuestra existencia; en nuestros ambientes, el servicio y el compromiso con los jóvenes, sobre todo los más necesitados.
Un deseo: que mi vocación no se marchite nunca del todo.
Un pasaje de la vida de Don Bosco: el encuentro con Bartolomé Garelli, donde veo reflejada la esencia del sistema preventivo: educar con el corazón, tener esperanza y buscar acuerdo y compromiso. Además aparece la gran intuición de la dinámica de grupos que actúa como semilla y mancha de aceite en nuestras casas.
Un mensaje dirigido a los jóvenes: comprometeos con el mundo y con la vida desde ya; los grandes retos de nuestro momento se centran en la respuesta individual a la pregunta por el sentido de la vida, y en la respuesta colectiva a los desafíos de la crisis ecológica y del auge de las nuevas tecnologías. En nuestros ambientes encontraréis siempre un clima de acogida y alegría que os ayudará a trabajar vuestro crecimiento personal, más aún en el marco de los grupos de fe y/o de compromiso social.