Rubén Ponce: Mi compañero se llama Álvaro Pérez Claros es natural de Málaga, este es su sexto año como coordinador de Pastoral de la casa y además es salesiano cooperador.
Álvaro Pérez Claros: Mi compañero de camino se llama Rubén Ponce Peña, lleva ya tres años como salesiano y realizando el Tirocinio en esta casa de Málaga.
Qué os une.
RP: La verdad es que hay muchas cosas que nos unen, desde el trabajo en el colegio como profesores, multitud de tareas pastorales como el equipo de pastoral escolar, el extraescolar. Todo lo que es animación pastoral de la casa lo llevamos entre los dos mano a mano.
AP: Nos unen muchas cosas, además del trabajo con los jóvenes, el querer estar entre ellos. La preocupación por sus vidas, su formación y preparación salesiana y académica y también nos une el patio. Creo que es donde nos encontramos más en nuestra salsa.
Cómo te enriqueces de la otra persona.
RP: Son muchas las cosas que me enriquecen de Álvaro. Es un laico comprometido que se deja la piel cada día en la casa por los chavales, la animación, la Familia Salesiana. Me sorprende que una persona laica pueda dar tanto de sí por la misión juvenil.
AP: Lo que a mi me enriquece de Rubén es su querer siempre aportar, construir, sus ganas de avanzar de crear. En un año tan complejo, tiene ganas de dar pasos, de estar cerca de los jóvenes, con los animadores y con la Familia Salesiana. Me enriquece su serenidad y sus ganas de seguir construiyendo en Málaga una casa salesiana preciosa.
Qué deseamos para la campaña Somos Uno
RP: Sueño que cada vez podamos dar un mayor testimonio de cómo los salesianos y los salesianos cooperadores, es decir religiosos y laicos, podemos trabajar en una misma dirección. Siempre con el foco puesto en Dios y sabiendo que es por aquellos que más nos necesitan, los jóvenes más pobres. El ‘Somos uno’ nos hace más fuertes porque estamos compartiendo misión, sueño. Por ello deseo que esta campaña nos haga más eficaces, más fraternos y más evangélicos.
AP: Mi sueño para esta campaña es conseguir que realmente nos sintamos una misma comunidad fraterna donde demos ejemplo a tantos jóvenes y a tanta gente que a nuestro alrededor sólo ve ejemplo de ruptura y separación. Nosotros quizá podamos ser referentes de unión, hermandad y cariño, todos unidos por un bien común: por los jóvenes y por Cristo.