El Concilio Vaticano II despertó en los salesianos de la antigua Inspectoría Mare de Déu de la Mercè la inquietud de dedicarse a las clases populares de las periferias de las ciudades. Se trataba de seguir el espíritu de Don Bosco y colaborar tanto con la iglesia local como con las organizaciones sociales y religiosas que trabajaban en los barrios. Esto llevó a la creación de las comunidades de La Mina, La Verneda y Ciutat Meridiana (todas ellas en las periferias de Barcelona), así como las de Lleida y Girona.
La historia de la comunidad de La Mina comienza en 1975, cuando la Inspectoría compró un piso en la calle Venus 7. Fueron los salesianos de La Verneda y algunos jóvenes de aquella obra quienes lo pintaron y lo arreglaron. En septiembre de aquel año, se instaló la primera comunidad: Antoni Domènech, Miguel Ángel Larrea, Pep Sàbat, Rafael Gasol y Luis Lumbreras. Miguel Ángel Larrea y Pep Sàbat daban clases en el colegio público Jara, mientras que Antoni, Rafael y Luis iban por la mañana al instituto teológico de Martí Codolar y por la tarde se dedicaban a tareas pastorales y educativas en los barrios de La Mina y del Besós.
Los salesianos, juntamente con las religiosas del Santo Ángel y varios seglares, formaron la Coordinadora de Juventud. Esta entidad se dedicaba a crear estructuras educativas y sociales en un barrio que ya había nacido de la marginación (el barrio se creó para alojar a la población que vivía en barracas en las periferias de la ciudad de Barcelona).
Por otro lado, también Antoni Domènech colaboraba con la catequesis de la iglesia del barrio, Nuestra Señora de las Nieves, colaborando con el pàrroco José Dominguez, al que substituirìa en los años siguientes, y se inició un esplai (oratorio) en los locales parroquiales que pronto desembocará en el Grupo Unión. Además de la colaboración con la parroquia, la comunidad asumió con los salesianos de La Verneda la coordinación de la pastoral juvenil del arciprestazgo así como la animación de diversos grupos de pastoral obrera (JOC, HOAC, ACO, MIJAC). En ciertos años, la coordinacion arciprestal y de la catequesis ha sido un signo de la comunidad en la zona.
El Grupo Unión acogía cada tarde a los niños y los jóvenes del barrio y estaba animado por los salesianos y jóvenes del MIJAC y la JOC. Realizaban talleres, excursiones y campamentos. Eso darìa pie a la integración de jóvenes del barrio como animadores de los otros jóvenes.
Miguel Ángel Larrea, junto a los muchachos del barrio, inició el Grupo Montseny en unos locales de La Mina Vella para fomentar la práctica deportiva así como las actividades de tiempo libre.
Destaca también la implicación de la comunidad en diversas escuelas del Besòs y La Mina, tanto públicas como privadas. El Colegio Jara, la Escola Gregal o la Escuela de Adultos y de Formación Profesional fueron los centros en los que concentraron las energías.
Son años de intensa lucha con las administraciones para conseguir mejoras del barrio desde la educación, tanto escolar, como social o desde el tiempo libre educativo, en las que los salesianos también se implican codo con codo con los vecinos.
En el año 1995, la diócesis de Barcelona confía la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves a los salesianos. Joan Codina i Giol es el primer párroco de esta nueva etapa. Mientras tanto, el Grupo Unión seguirá creciendo alrededor de la parroquia y se consolidará como Plataforma Social Salesiana con nuevos proyectos para dar respuesta a las necesidades educativas y sociales del barrio.
Con el cambio de milenio, el barrio inicia un nuevo proceso de transformación impulsado por las administraciones públicas. La parroquia y los proyectos sociales se trasladan en 2008 a la sede actual, desde donde sigue creciendo la obra salesiana de La Mina.
En 2016, un grupo de jóvenes vinculados a los jesuitas de Barcelona inician con la comunidad la experiencia de crear un esplai (oratorio) en los locales parroquiales. Así surge el Esplai Riu, que nos conecta con el humilde oratorio que dio origen a nuestra obra en este barrio periférico de la ciudad condal. Una obra que con sencillez, constancia e ilusión, construye Reino de Dios entre los más pobres y olvidados.