Por Paco Jaldo.
El miércoles, 9 de noviembre, despedimos a Enmanuel, un joven que hemos acogido en nuestra casa durante 2 años. Son ya muchos los chicos del proyecto Buzzetti que han pasado por la comunidad y que, tras haber cumplido satisfactoriamente los objetivos establecidos, consiguen dar un paso más para conseguir su autonomía. Estamos muy contentos con esta labor. Enmmanuel ha realizado estudios en cocina y va a dar un paso más para seguir su integración en la sociedad que está buscando.
Estas despedidas se mueven siempre entre la alegría de saber que otro de nuestros chicos ha conseguido superar retos y objetivos, y la tristeza de tener que decirle hasta luego. Nunca es un adiós, porque saben que aquí estaremos siempre que lo necesiten, pero no podemos evitar la melancolía de saber que ya no compartirá más con nosotros el día a día.
En el discurso de despedida que nos hizo, una expresión sobresalía por encima de todas las demás: “¡Gracias, me habéis cambiado la vida! Y me he sentido muy querido y por fin he encontrado a personas que apuestan por mi”
Pero no sólo hemos vivido momentos de despedida, también nos hemos seguido formando avanzado en nuestros estudios. Especialmente los chicos vocacionales de la casa han continuado con su formación en Biblia, en Don Bosco y en Pastoral. También hemos participado en el retiro de adviento, uniéndonos a la propuesta que se ha ofrecido por parte de la casa salesiana de la Trinidad.
También en este mes, con las nuevas medidas que se nos han impuesto con el toque de queda, hemos “abierto un cine de invierno” y estamos disfrutando con las diferentes propuestas de película, que unos y otros, están proponiendo, con sus correspondientes palomitas. La pandemia nos está obligando a extremar las medidas de precaución y de protección, pero no nos va a detener en ser creativos.
Nuestra mirada ya la ponemos en diciembre, y nos preparamos con ilusión para vivir este mes tan especial con mucha alegría.