José Miguel Núñez. Director de la Comunidad Propuesta
Don Bosco dio pasos decididos en la defensa de los más pobres y se comprometió firmemente en asegurar para sus muchachos condiciones de vida dignas y justas. Su visita a las fábricas, a las obras, a los talleres para conocer de primera mano la situación de los jóvenes trabajadores no le dejó indiferente.
Impresionan los “contratos de aprendices” redactados “a pie de obra” para exigir la garantía de los derechos fundamentales de los muchachos: salud física, descanso los días festivos, salario justo, atención médica… ¡Don Bosco fue auténticamente un pionero en la lucha social y la defensa de los más débiles!
Don Bosco miró a su alrededor y no dudó en tomar cartas en el asunto. Su contacto con los arrabales de Turín, con la miseria de sus calles, con la penuria de sus gentes, le hizo implicarse en la realidad y buscar soluciones creativas para afrontar el necesario cambio social.
A nosotros nos toca renovar esta actitud de encarnación en la realidad social y la búsqueda de soluciones a las viejas y siempre nuevas pobrezas juveniles. Nuestro padre supo conciliar la prudencia y la audacia pero no escatimó esfuerzos hasta la temeridad para ocuparse de los últimos.
Abandono, soledad, fracaso escolar, falta de expectativas, marginalidad, exclusión social, empobrecimiento, vulnerabilidad… realidades que hoy están a nuestro alrededor y que requieren la mirada atenta del educador y el compromiso creativo y transformador de todos los que hemos recibido el “testigo” de Don Bosco. Quizás también tú te sientas comprometido con su causa. Si es así, no tengas miedo y da un paso adelante. Hay un sitio para ti.