Francisco J. Cánovas, Comisión Inspectorial de Centros Juveniles
Los dos últimos capítulos de nuestra propuesta educativa hacen referencia a la inserción del centro juvenil en la sociedad que le envuelve y a la dinámica organizativa del mismo. Es precisamente esta realidad del trabajo en red, la que permite, en gran manera, hablar de educación integral del chico, chica o joven.
Está claro que en el ámbito local el centro juvenil es un ambiente más de la casa salesiana, y por eso trabaja de forma coordinada con el resto de grupos y ambientes; sus animadores, destinatarios y familias forman parte de la amplia comunidad educativo-pastoral y reconoce en el COS o Consejo de la CEP el punto de encuentro, coordinación y animación del Proyecto Educativo Pastoral Local; de modo que cualquier joven que entra en una de nuestras casas, llega a percibir la misma propuesta salesiana, aunque desde diversas perspectivas según su acceso sea por el centro juvenil, la escuela, la parroquia, el deporte educativo y/o la plataforma social.
Además, el centro juvenil, como el Oratorio de Don Bosco, quiere responder a los problemas y necesidades de “la muchachada” más necesitada. Por eso sale al encuentro de aquellos jóvenes del barrio que no se acercan espontáneamente, genera propuestas en la zona, se integra en el proyecto pastoral de la parroquia y ofrece solidariamente los locales para iniciativas de la zona compatibles con las finalidades del centro. El funcionamiento de un centro juvenil permite visibilizar más aún la participación y el protagonismo juvenil, implicando a los propios jóvenes en otras estructuras donde llevar la voz, como son los consejos locales de la juventud.
En nuestra Inspectoría tenemos la suerte de contar con 5 federaciones en las comunidades autónomas de Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Andalucía. A través de estas estructuras, los centros juveniles se pueden hacer presentes en los consejos autonómicos de la juventud y trasladar la opinión de “Don Bosco” en foros de debate y decisión que afectan a las políticas sociales y leyes relacionadas con la juventud.
En el ámbito nacional, nuestros centros juveniles están representados en la Confederación Don Bosco, que ha sabido ganarse con esfuerzo, trabajo y la constancia de los años, su espacio en estructuras mucho más amplias de participación como el Injuve, el Consejo de la Juventud de España, la Plataforma de Organizaciones de la Infancia, la Plataforma del Voluntariado… con implicación igualmente en las delegaciones territoriales de estas entidades donde también estamos presentes.
Es difícil pretender cambiar la realidad que nos rodea sin estar presentes en ella, en los lugares donde se cocinan los cambios y las decisiones que nos afectan a todas las personas que vivimos en una determinada sociedad. El gran esfuerzo (a veces un tanto ingrato) que se hace desde los centros juveniles por trabajar en red, promover el protagonismo y la participación juvenil desde el ámbito local, autonómico, nacional, e incluso internacional (nosotros a través de la Don Bosco Youth Net), no es más que manifestar la voluntad de transmitir a toda la sociedad nuestro estilo educativo y llevar “la voz de Don Bosco” allá donde se reflexiona y decide sobre la vida de los jóvenes.
