Aficionado a la lectura y al deporte, sobre todo a la natación y al senderismo, Mario Martín nació en la ciudad de Valencia, el 31 de marzo de 1998. Hizo la Infantil, la Primaria, la ESO y el Bachillerato en el Colegio Salesiano San Antonio Abad de su ciudad natal. Tras concluir el Bachillerato, comenzó el Grado de Magisterio en Educación Primaria.
Las primeras inquietudes vocacionales las sintió hace cuatros años, mientras hacía el segundo curso de Bachillerato. Decidido a vivir una experiencia de discernimiento que le ayudara a clarificarse, fue a Sevilla, a la Comunidad Propuesta “Bartolomé Blanco”. Allí vivió unos meses hermosos que le ayudaron mucho a descubrir la voluntad de Dios sobre su vida. El curso 2019-2020 marchó a Genzano (Roma) para hacer el noviciado, donde finalmente ha dicho sí al Señor, haciendo su primera profesión el 11 de septiembre. Mario se encuentra feliz, y da gracias a Dios eternamente por el don que le ha concedido.
- VyS: Mario, ¿qué hiciste el 11 de septiembre?
- M: Fue el día de mi primera profesión religiosa como Salesiano de Don Bosco (SDB). En este día, el Señor me consagró y realicé mis primeros votos temporales como religioso: obediencia, pobreza y castidad. Además, fue en la casa que me ha visto crecer, en Valencia, un auténtico orgullo para mí, y además me ha podido acompañar mi familia, mis amigos, mis profesores, mi propio centro juvenil, y tantísimos hermanos salesianos de la inspectoría.
- VyS: ¿Cómo surge tu vocación? ¿Qué pasos distes?
- M: Mi vocación surge cuando era un chaval del centro juvenil. Alguna vez me lo planteaba, pero yo no quería, pensaba que eso no era para mí. Pero si el Señor te quiere, al final hace lo posible para que lo entiendas claramente, y así fue como con 19 años, en mitad de la eucaristía de acción de gracias por los 60años de profesión y 50 de sacerdocio de un salesiano de mi casa de origen, cuando lo entendí… La felicidad de la vocación y la libertad en la elección fueron los temas centrales.
- VyS: Y tu familia, ¿qué pensó cuando les comunicaste que querías ser salesiano?
- M: Mi familia siempre me ha animado a conseguir mis sueños, jamás nadie se opuso, fueran más o menos creyentes. Me veían feliz, me veían contento con mi elección. Cada vez que han venido a verme, desde que he iniciado este camino, es lo que me dicen: “¡qué feliz te vemos!” He tenido esta gran suerte.
- VyS: Y tus amigos, ¿cómo se tomaron tu decisión?
- M: Al principio no se lo creían. Pensaban que les estaba ga stando una broma… y lo primero fue “¿cómo? ¿que te haces cura?”, aunque si te soy sincero la frase que más me dijeron muchos fue: “si alguien nos dice de ser salesiano, todos pensamos en ti”. Me apoyan sin ninguna duda, es más, me siento confortados por ellos.
- VyS: ¿Has tenido alguna dificultad? Cuéntanos cómo la superaste.
- M: Si no tuviese dificultades, esta no sería mi vocación… “la rosa también tiene espinas”. Pero la superación la consigo dialogando con mis ya hermanos salesianos y sobre todo con mi director y guía espiritual. Poner tus preocupaciones en común con alguien de confianza y confrontarse es de las me jores cosas que existen. Además, me sirve mucho una frase de D. Rinaldi “las preocupaciones las dejamos a los pies de la Virgen”. Es una pequeña jaculatoria que me gusta repetir en estos momentos.
- VyS: ¿Conoces a algún joven que está planteándose la vocación? ¿Qué le dirías?
- M: Conozco a varios y me encantaría conocer a más. Te digo: “si quieres vivir una vida de servicio y feliz hasta el extremo no tengas ninguna duda de ir hacia delante. No te vas a arrepentir en absoluto, en una casa salesiana no existe otra cosa que la felicidad. Confróntate con alguien de confianza y pídele al Señor y a su Madre que te den cada vez más fuerza para ir adelante. ¡Aquí hay un sitio para ti, ven y verás!”.
Muchas gracias