Nació en Madrid, el 26 de noviembre de 1978, en el seno de una familia sencilla y muy trabajadora. Sus padres han sido comerciantes y han tenido su propio negocio hasta que ya se han jubilado. Es la pequeña, y la única chica, de tres hermanos. Los tres estudiaron en un colegio salesiano. Sus dos hermanos varones en el colegio salesiano de Estrecho, y ella, en el colegio de las salesianas de Villaamil. Hizo el grado en filología inglesa, y el grado en ciencias religiosas. A Maribel le gusta caminar, las historias de suspense, la lectura, el cine y las series. Estando en primero de BUP, una salesiana de su colegio ya le propuso ser salesiana, pero ella le dio largas en aquel momento; incluso le dijo que había conocido a otras religiosas, y que tal vez se fuera con ellas. Finalmente, con el discernimiento apropiado, dio el paso para ser Hija de María Auxiliadora. Hoy está feliz de su vocación y da gracias a Dios por el gran regalo que le ha hecho, sin ser ella merecedora de él.
Por: JORGE JUAN REYES MACÍAS
VyS: Maribel, ¿dónde te encuentras ahora y qué haces?
M: Estoy en Vitoria, donde una comunidad de cinco salesianas participamos en la misión del colegio Nazareth. Soy tutora de 1º ESO y coordinadora de pastoral. Doy clase de inglés y lengua en la ESO. Tenemos grupos de fe como actividad de tiempo libre y acompaño un grupo de 3º y 4º ESO y otro de 5º y 6º EP.
VyS: ¿Por qué eres Hija de María Auxiliadora y no otra religiosa?
M: Soy antigua alumna de un colegio salesiano y eso deja huella. Nunca se me pasó por la cabeza entrar en ninguna otra congregación. Conocí a algunas religiosas no salesianas, pero no eran “de las mías”. Supongo que lo afectivo también es importante a la hora de tomar ciertas decisiones, y yo a las salesianas ya las quería desde siempre. Además, me sentía identificada con la misión salesiana por mi deseo de ser educadora.
VyS: ¿Cómo ha sido tu proceso vocacional? ¿Qué te llevó a tomar la decisión de ser Hija de María Auxiliadora?
M: Creo que fue algo muy lineal, sin rupturas. Pasé del colegio al aspirantado como algo casi natural por la inclinación que sentía en esos últimos años como alumna en Villaamil en los que ya participaba en los encuentros vocacionales con otras jóvenes. Esos encuentros de forma puntual y las reuniones en el grupo de fe iban haciéndome ver que quizá la vida religiosa salesiana era para mí.
VyS: ¿Qué dificultades has encontrado? ¿Cómo las has resuelto?
M: Supongo que las dificultades son las normales del día a día, no puedo hablar de grandes momentos de dificultad o crisis en mi camino vocacional. Sí hay momentos clave, como el discernimiento previo a la primera profesión o a la profesión perpetua, en los que la cercanía de otras hermanas me ha ayudado mucho. Considero un regalo los consejos y presencia de quienes recorren este mismo camino con cierta “ventaja” porque lo empezaron antes. Incluso en dificultades cotidianas, como las pequeñas desilusiones, son de gran apoyo las palabras serenas de quien, desde fuera, conociéndote bien, puede poner algo de calma.
VyS: ¿Qué papel ha jugado tu familia?
M: Mi familia siempre ha sido y sigue siendo apoyo. Ante la decisión de entrar joven al aspirantado, mis padres se mostraron muy respetuosos y no pusieron dificultades. Entendieron que debía tomar mi camino, como también mis hermanos iban tomando el suyo en su proyecto de formación académica, de elección de trabajo y para formar una familia. También los hermanos nos hemos apoyado en las distintas situaciones y decisiones, desde el inicio y hasta hoy.
VyS: ¿Qué pensaron tus amigos cuando dijiste que querías ser Hija de María Auxiliadora?
M: La gente más cercana, la que me conocía bien y sabía de mis inquietudes, no se sorprendió demasiado. Creo que lo que más llamó la atención en mi caso fue la decisión de hacer COU ya en el aspirantado. La pregunta de muchas de mis compañeras fue por qué no esperaba ese año para dar el paso. Los amigos de verdad ya sabían que esto era lo que podía hacerme feliz y se alegraron de que pudiera cumplir mi sueño.
VyS: ¿Qué le dirías a un chico o chica que estuviera planteándose la vocación religiosa?
M: ¡Adelante! Si crees que esto es lo tuyo, si has sentido en algún momento que Dios te quiere religioso, da el paso, decídete a hacer un discernimiento serio y ya “en situación”, dejándote acompañar y caminando con otros. Si esperas mucho, si te planteas seguir mirando desde la distancia, entonces puede que cuando quieras decidirte ya sea demasiado tarde. No es nuevo, es una idea que ya Don Bosco recomendaba a los jóvenes y María Mazzarello a las hermanas: no dejar para más tarde el bien que podamos hacer ahora; no dejar para más tarde el discernimiento y la decisión sobre la propia vida.