Conociendo a María Fernández Gil, Salesiana Cooperadora

24 febrero 2020

Por JORGE JUAN REYES MACÍAS

María es de Elche, tiene 27 años y es Graduada en Economía. Entre sus aficiones se encuentra la lectura, la escritura y las manualidades. Desde los 12 años su vida está vinculada a los salesianos. Ha sido alumna del colegio en la ESO y en el Bachillerato; también animadora de grupos de fe en el Centro Juvenil Gentjove, participando en numerosos encuentros, campamentos y pascuas. Actualmente trabaja como profesora en el Colegio Salesiano de su localidad. 

En el agosto del 2014 participó en el Campobosco Nacional y conoció al que hoy es su marido, Javier, un joven de Salesianos-Deusto. En aquella ocasión,  estando en Turín, descubrió su vocación profesional, familiar y salesiana. Desde el 12 de enero de este mismo año ha entrado a formar parte de la Asociación de Salesianos Cooperadores, después de haber hecho su promesa. Se siente feliz y trata de vivir cada día su vida laboral y familiar desde el carisma del que ella forma parte.

VyS: Los años de alumna y de animadora en la Casa Salesiana, ¿qué han supuesto para ti?

M: Han supuesto para mí poder convertirme en la persona que soy hoy en día. Conocer a los salesianos fue lo mejor que me pudo pasar en ese momento y ellos (con la ayuda de Él) pudieron sacar mi mejor versión, ayudándome a descubrir mi vocación y felicidad.

VyS: Fue en el Campobosco de Turín de 2014 donde descubriste tu vocación, ¿cómo fue? ¿Qué te ha ayudado a tomar la decisión que has tomado?

M: Fui al Campobosco teniendo en mente que mi época de centro juvenil se iba acabando y no sabía qué hacer después, cómo poder seguir desarrollando mi vocación y fue cuando conocí a diferentes cooperadores, hablé y compartieron conmigo su decisión de opción de vida, su labor y misión que Él y Don Bosco les había puesto en el camino, y ahí lo vi claro: esa también sería mi opción de vida.

VyS: ¿Has encontrado alguna dificultad en tu discernimiento vocacional? ¿Cómo la has superado?

M: He tenido momentos duros, en los que no sabía si veía claro o no la decisión, cosas que te gustaría mejorar y no sabes cómo, momentos de incomprensión. Pero al final dentro de mí la fuerza del Espíritu me empujaba a decir SÍ, un SÏ como el de María cuando se entera que tendrá a Jesús. Ella no dudó, tomó la iniciativa y aceptó. Y yo sabía que Él me estaba dando muchas señales de cuál era el camino que quería para mí. 

VyS: Vives una vocación laical como Salesiana Cooperadora y como esposa. ¿Qué papel tienen hoy los laicos en el carisma salesiano?

M: Desgraciadamente sabemos que hay momentos y lugares donde los Salesianos ya no pueden tener la presencia que antes tenían y ahí debemos estar presentes los salesianos cooperadores. Nosotros debemos ser los portadores de Don Bosco a los jóvenes, allá donde no llegue nadie, allá donde falte amor y sobren golpes. 

VyS: ¿Qué es lo que más admiras de Don Bosco y de María Mazzarello?

M: Es muy difícil sólo centrarse en una cosa, pero destacaría de Don Bosco su oración y entrega a Dios por los jóvenes que se encontró en su vida. Por su total fe en la era su misión en la vida. 

De Maín me quedo con su insistencia y tozudez en hacer lo que ella sabía que Él le estaba pidiendo, su entrega absoluta a Dios y a todas las chicas que ella sabía que  la necesitaban.

VyS: A un chico o una chica que estuviera planteándose su proyecto vocacional, ¿qué le dirías?

M: Que escuche lo que Él le tiene preparado en su vida. El mundo necesita personas como tú que sean valientes tomando decisiones y firmes en sus convicciones, en los valores de Jesús y Don Bosco: portadores y evangelizadores de aquellos jóvenes necesitados y perdidos.

Gracias

 

También te puede interesar…