Por: Jorge Juan Reyes
Nació en el pueblo cordobés de Nueva Carteya, el 10 de mayo de 1992. Jesús es el más pequeño de dos hermanos. Al terminar 4º de la ESO, y ayudado por una catequista de su pueblo, conoció a los Salesianos, quedando entusiasmado con esta vocación. Al curso siguiente, ingresó en el aspirantado de Cádiz para hacer el bachillerato y comenzar un proceso de discernimiento más cuidado, que finalizó con la decisión de ir al noviciado. Es salesiano desde el año 2012. Está contento con su vocación, y en este mes de febrero dirá sí para siempre al Señor, con su profesión perpetua.
VyS: Jesús, ¿dónde te encuentras y qué estás haciendo en estos momentos?
J: Desde finales de agosto del 2018 estoy en Madrid, en la comunidad del teologado. Esta comunidad se encuentra en Atocha donde tenemos un gran colegio, parroquia y centro juvenil. En mi comunidad somos 13 salesianos, de los cuales 8 nos dedicamos a estudiar el grado en teología en la Universidad Pontificia Comillas. Los fines de semana colaboro en el centro juvenil con la catequesis de comunión y en un proyecto social en un centro de Cáritas.
VyS: ¿Cómo comenzó tu vocación? ¿Cuáles fueron los signos vocacionales que te llevaron a tomar la decisión de ser salesiano?
J: Mi vocación comenzó a los 16 años, pero eso no quiere decir que lo tuviera ya todo claro. Eso fue más tarde. A esa edad, a través de mi catequista, conocí a los salesianos y empezó a rondar en mi cabeza la idea de si yo podría ser también como ellos. Viendo cómo los salesianos vivían, lo que hacían, yo sentía en mí que me gustaba esa forma de vivir. Otro elemento fue estar con los jóvenes. Darme cuenta de que me encontraba bien con ellos, ayudándolos. Y también Dios. Me fui poco a poco dando cuenta que Dios tenía un papel importante en mi vida.
VyS: ¿Qué dificultades has tenido en tu camino vocacional y cómo las has superado?
J: Una de las dificultades que he tenido han sido los momentos de dudas. En distintos momentos no tuve claro si de verdad estaba en el lugar indicado. Poder tener pareja, una familia, eran cosas que en algunos momentos me cuestionaban con intensidad. ¿Cómo lo he superado? Hablándolo con otra persona, rezando sobre ello y al final dándome cuenta de que soy muy feliz como salesiano y que aquí es donde tengo que estar.
VyS: Está a punto de realizar la profesión perpetua, ¿qué es la profesión perpetua y qué supone para el salesiano?
J: La profesión perpetua es decirle que sí al Señor para siempre. La profesión es el acto por el que te comprometes con Dios a vivir conforme a la vocación a la que te llama. En mi caso, ser salesiano. En una eucaristía, rezando una fórmula para ello, el salesiano promete vivir en comunidad, ser obediente, pobre y casto, y dedicarse por entero a los jóvenes. Esto se hace primero temporalmente y después de un tiempo para toda la vida. Esa es la profesión perpetua. Es el momento en que te comprometes con Dios para toda la vida y por eso es uno de los momentos más importantes de la vida de un salesiano.
VyS: ¿Qué es lo que más te gusta de Don Bosco?
J: De don Bosco me gustan muchas cosas. Una cosa que siempre me llamó la atención es la capacidad de don Bosco, ya desde niño, para superarse a sí mismo y afrontar las dificultades. Otra de las cosas que me gustan mucho es su gran confianza en Dios y en la Virgen. Y también, como no podría ser de otra forma, su gran dedicación y entrega por sus jóvenes. Admiro muchísimo como don Bosco gastó literalmente su vida en favor de los que lo necesitaban.
VyS: A un chico o una chica que tuviera inquietudes vocacionales, ¿qué le dirías?
J: Le diría que tranquilo, que no tenga miedo. Preguntarse si ser salesiano o sacerdote es tan normal como pensar en tener pareja o casarse. Le diría que lo hable con alguien de confianza que le pueda ayudar. Que no tenga prisa por querer tener todo claro. Que vaya viendo poco a poco qué es lo que Dios quiere para él. Que rece sobre ello. Y finalmente que no tenga miedo del qué dirán o de lo que se supone que deja atrás. Si Dios lo llama, será muy feliz.