Mi nombre es Lidia Tais Delgado y tengo 27 años. Tras mi trayectoria como animadora en el Centro Juvenil Juveliber (Parla, Madrid) llegué a Salesianos Cádiz, donde ahora continúo mi formación como aspirante a salesiana cooperadora, y además, participo como animadora de un grupo de Vida 1.
Me pidieron que hablara de qué significaba para mí la figura del salesiano consagrado, y lo primero que me venía a la cabeza eran las palabras confianza y amor. He podido compartir muchos momentos con salesianos de diferentes casas, de diferentes edades y formas de ser, pero en todos ellos he sentido la presencia de Dios ante mí.
Cada día, son ejemplo de la entrega más absoluta, del amor más puro hacia los jóvenes y de la alegría que supone comprometernos a seguir haciendo realidad el sueño de Don Bosco. Soy muy afortunada de sentir, en su mirada, la mirada de Dios, en sus gestos, las manos del acompañamiento y en sus palabras, la fuerza del Espíritu que me impulsan a seguir este camino.