«Pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que estaban echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: “Veníos detrás de mí y os haré pescadores de hombres”. Ellos dejaron inmediata- mente las redes y lo siguieron» (Mc 1,16-18)
Estamos comenzando un nuevo año. Ilusiones, proyectos y deseos se agolpan en cada uno de nosotros para los próximos meses. También Dios tiene un proyecto para ti para este 2020. Un día Jesús pasó al lado de un grupo de hombres normales y corrientes, que es- taban en su vida cotidiana, trabajando, seguramente sin esperar nada más. Aquel encuentro les cambió su horizonte vital. Les hizo mirar alto y soñar con un proyecto más ambicioso: “Veníos detrás de mí y os haré pescadores de hombres”.
Desde aquel momento, el proyecto de Jesús -la construcción del Reino- pasó a ser el proyecto de Simón y Andrés, quienes, a su vez, tuvieron que renunciar al suyo inicial -el de ser pescadores- para abrazar la causa de Jesús. Sabemos bien cómo termina aquella historia. Al aceptar la propuesta del Maestro, comprometieron sus vidas a la suya para siempre, incluso hasta la muerte.
La respuesta de Simón y Andrés, si bien esquematizada por el evangelista, es inmediata. Lo de- jan todo para ir detrás de Él. En la vida, hay encuentros que cambian radicalmente a uno y que le exigen una respuesta. No se puede estar demorando esta hasta el infinito. Seguro que, en tu vida, al inicio de este año, sabes -o al menos intuyes- qué quiere Dios de ti, qué te está pidiendo, a qué pasos de mayor compromiso, autenticidad o entrega te está invitando. La pregunta es si vas a responderle inmediatamente -como Simón y Andrés- o vas a seguir retrasando la respuesta por miedo, por falta de confianza, por comodidad… ¡Ojalá que no!
¡Feliz año nuevo!