Por: Miguel Gambín
Este libro no se puede entender sin el autor. Es una obra tejida desde la reflexión teológica y el compromiso social. Nolan es dominico. Fue elegido Maestro General de los dominicos en 1983, pero él renunció para dedicarse a su trabajo pastoral en su país, Sudáfrica, que en esos momentos vivía una situación muy convulsa debido al Apartheid.
Nolan es uno de los teólogos que han hecho praxis de su reflexión, y reflexión de su praxis. Propone elaborar teología desde el lado de los oprimidos. Desde allí se ven las cosas de otra manera. De la misma forma que la realidad no se ve igual desde el lado de Moisés, y del lado del faraón. Nolan habla de la necesidad de hacer una lectura creyente de la realidad, que no puede alejar a la persona de fe de las víctimas, sino a ponerse de su parte.
En la Sudáfrica de aquellos años, esto suponía enfrentamientos e incomprensiones por parte de aquellos que tienen una visión “sacralizada” de la fe, que les impulsa a huir de las luchas sociales, como si los pobres y necesitados no fueran el sacramento privilegiado de la manifestación de Dios. Tomar partido no significa renunciar al mandamiento del amor. Amar al opresor significa ayudarle a superar la situación de injusticia en la que vive.
El texto de Albert Nolan, sostenido por su ejemplo sin ambigüedades, puede iluminar nuestra ruta en estos tiempos en los que se perfilan negros nubarrones en el horizonte; tiempos en los que los más pobres y vulnerables sufrirán el precio de un sistema económico que los descarta. La esperanza en el Dios vivo debe ser el mejor motor de cambio. Y los creyentes, los más implicados para denunciar este sistema basado en la injusticia a nivel planetario.
Nolan, Albert: Esperanza en una época de desesperanza. Y otros textos esenciales. Sal Terrae Santander 2010.