La Inspectoría Salesiana María Auxiliadora encara la recta final del año 2019 y mira con ilusión al 2020 al comprobar la intensa vida que emana de las diferentes presencias salesianas. Aunque dentro de este conjunto hay varias casas que tienen el curso actual señalado en rojo por un motivo especial. Cartagena, Jaén, Alcoy, Huelva y el Colegio Mayor Universitario San Juan Bosco de Sevilla festejan sus 50 y 75 años; unas bodas de oro y brillantes que reflejan el vigente compromiso salesiano con la juventud.
“Celebrar 75 años es, en primer lugar, una ocasión para agradecer al Señor todo el bien que se ha hecho en este tiempo a través de esta presencia salesiana: a sus destinatarios, los colegiales que han pasado por aquí, pero también a tantas familias como han entrado en contacto con nosotros. A todos ellos siempre se les ha tratado de transmitir lo de ser «buenos cristianos y honorados ciudadanos»”, comparte Miguel Ángel Álvarez Paulino, director del Colegio Mayor San Juan Bosco,sobre el aniversario que se está celebrando en la ciudad de Sevilla. “Es una oportunidad también para dar gracias por los salesianos que han formado parte del Colegio Mayor; por las Hijas de María Auxiliadora, que en su momento estuvieron colaborando con la comunidad salesiana; por el personal de servicio, que ha trabajado por hacer de esta obra una casa salesiana, una familia”, añade mientras vienen a la memoria nombres como el de José Antonio Sánchez Romate, Valentín Viguera, Luis Valpuesta o Antonio Calero.
“En segundo lugar, 75 años es una ocasión especial para proyectar el Colegio hacia el futuro.Los tiempos han cambiado, también los colegiales, con nuevas exigencias y necesidades, y circunstancias sociales. Y el Colegio Mayor tiene que adaptarse a estos cambios si quiere seguir siendo la casa de Don Bosco para jóvenes universitarios”, comparte sobre la necesidad de proyectar este acontecimiento ad extra, como pudo comprobarse con la campaña de recogida de firmas organizada por un grupo de antiguos para solicitar al Ayuntamiento de Sevilla la concesión de la Medalla de Oro. Una institución que mantiene intacta su vinculación con la ciudad, siendo en ella un referente cultural, gracias a la acogida y formación de ciudadanos y profesionales que acuden a la capital hispalense para recibir su formación universitaria.
También se apagan 50 velas en Cartagena. Una celebración que mira al pasado con el agradecimiento a Doña Trinidad Nieto que, en memoria de su esposo Don Juan Solé, hizo la donación de una finca situada en Los Dolore a la Congregación Salesianapara que se creara una institución que hiciera realidad un proyecto educativo para sus conciudadanos. Ese pequeño gesto fue el origen del compromiso con la población cartagenera. “El 5 de octubre de 1970 comenzaron las primeras clases en el colegio salesiano.Las dificultades iniciales no pudieron con el entusiasmo de los primeros salesianos, junto con los profesores, alumnos y colaboradores seglares comenzaron una historia que llega hasta nuestros días y se proyecta hacia el futuro.50 años más tarde nos disponemos a celebrar con gratitud estos años de entrega y servicio a la educación de los niños y jóvenes. Y a renovar el compromiso por la juventud de Cartagena con el estilo de Don Bosco”, así presenta José Joaquín Coma, director de la casa, unos actos que arrancarán el 31 de enero y finalizarán el 5 de octubre de 2020. “Un año para el recuerdo, el agradecimiento y el compromiso para el futuro”, comparten con la ilusión mientras afrontan los últimos preparativos para para presentar un himno que está en fase de postproducción. “Con la celebración de este aniversario Salesianos Cartagena quiere agradecer a todos los cartageneros y al barrio de Los Dolores estos 50 años de trabajo compartido por la promoción de la infancia y la juventud”, comparten.
A escasos 350 kilómetros, en ese mismo contexto histórico, los salesianos llegaron a Jaén en septiembre de 1970,aunque hasta el 2 de diciembre no pueden pasar a la nueva residencia. Era por entoncesObispo de la Diócesis Don Félix Romero Mengíbar, amigo y admirador de los salesianos, que no sólo dio con satisfacción los permisos correspondientes, sino que erigió una nueva parroquia en la zona limítrofe a la Residencia con el nombre de San Juan Bosco.
A partir de aquí se inicia la tarea más difícil: la progresiva transformación de la residencia con la aplicación de los métodos educativos salesianos, la atención a cada uno de los acogidos, la integración escolar y social de los mismos.Aunque en septiembre de 1983 esta labor quedó bruscamente truncada. “Se habían producidos cambios políticos y corrían nuevos aires por la Diputación. Se hizo imposible la renovación del contrato ante las demandas de esta institución sobre la orientación en la educación y selección de educadores. El 30 de septiembre se dio por concluida nuestra presencia en la Residencia”, recogen las crónicas de la época.
La Parroquia de San Juan Bosco fue entonces una realidad providencial que permitió la permanencia de los Salesianos en la ciudad y en el barrio de El Valle. Gracias a la solicitud del Obispo D. Miguel Peinado y del afecto de los feligreses, se llevó a cabo la instalación en el nuevo domicilio, sito en calle Tetuán, hasta el traslado definitivo a la actual situación (Avda. de la Universidad) en diciembre de 1985.
Al mismo tiempo que la nueva situación iba asentándose, madura el esfuerzo pastoral y diferentes actividades juveniles, dando como fruto en marzo de 1984 el Centro Juvenil DO.SA., lugar de encuentro, centro dinamizador y parte importante de esta obra Salesiana, especialmente, para los jóvenes del barrio.Por último, la preocupación pastoral constante presente en los miembros de esta Casa por los jóvenes en mayor dificultad, se hace patente con el desarrollo progresivo de diversos proyectos que culminan y se aglutinan en la constitución en Jaén de la delegación de la Fundación Don Bosco, en enero de 2001. Un compromiso social y juvenil con raíces profundas y proyección de futuro.
Con este mismo deseo nació la casa salesiana Alcoy Juan XXIII en el curso 1969-70.Pensada como Escuela de Formación Profesional, acogió también las enseñanzas de EGB y Preescolar o Infantil. La creación de la parroquia San Juan de Ribera (1970) vino a completar los servicios de esta presencia salesiana en la parte norte de Alcoy, una zona urbana de continua expansión que ofrece un vasto campo a la labor pastoral cristiana. En 2003 las comunidades salesianas de San Vicente y Juan XXIII se fusionaron en una con residencia en esta casa de Juan XXIII.
Desde 1927, los salesianos dirigían el Colegio creado por el Patronato de la Juventud Obrera de Alcoy y encomendado por Mossén Josep a la Congregación Salesiana. Sin embargo, quedaba sin atender un gran sector de los jóvenes que cada año engrosaba las fábricas y talleres de esta ciudad eminentemente industrial. Estos jóvenes necesitaban una buena preparación profesional y técnica e incluso podrían dirigirse hacia estudios técnicos superiores.
“Fue don José Carbonell, superior de la inspectoría San José y alcoyano, junto con la comunidad religiosa, quienes lograron todos los permisos y ayudas para llevar a cabo este proyecto.Se adquirió un solar situado en el extremo norte del ensanche junto a los nuevos núcleos de población denominados San Mauro y Juan XXIII. Aquí se construyó el edificio de 100 metros de largo por veintiuno de ancho con dos plantas y un cuerpo central; la planta baja y el sótano se destinaba a talleres. En el curso 1969-70 se inician las actividades académicas en iniciación profesional, mecánica y automoción. Don Alfonso Eslava y los coadjutores Jesús Elía y Julián Moreno serán los tres primeros salesianos en llevar adelante el trabajo educativo en este nuevo centro”, recogen las memorias de la época.
Desde el curso 1970-71 un aumento progresivo de los alumnos y las especialidades, junto a la ampliación de las instalaciones deportivas, pusieron las bases para dar una respuesta a las necesidades de escolarización del barrio que llega hasta la actualidad.
Este mismo hilo conductor impregna otra celebración.En la tarde del 24 de septiembre tuvo lugar la apertura del cincuenta aniversario de la presencia salesiana de Huelva bajo el lema «50 años creando futuro».De esta forma, se conmemoró la llegada a la capital onubense para dedicarse a los jóvenes de las populares barriadas del Torrejón, Hispanidad, Santa Marta, La Orden o Tres Ventanas, donde se contextualiza el Colegio Salesiano Cristo Sacerdote. Desde el corazón del barrio de Verdeluz se continúa en la actualidad con una apuesta por un proyecto con sello salesiano gracias a su propuesta educativa y pastoral.
“Estas bodas de oro significan un punto y seguido en la historia de nuestra Casa. Es un momento para dar las gracias a tanta gente buena que ha hecho posible la presencia de Don Bosco en nuestra querida Huelva. Por suerte, casi toda la gente que estuvo en los comienzos, sigue con nosotros, por eso los cincuentenarios son tan especiales en el recuerdo de las personas, porque siguen cercanas a la obra”, comparte Manuel Ernesto Granja, director titular de la casa.
La llegada de la comunidad salesiana tuvo lugar en septiembre de 1969, siendo su primer director don Francisco Barrueco. No era la primera vez que los Hijos de Don Bosco llegaban a Hueva, ya en el año 1962, atendiendo a la llamada que les hizo el entonces Obispo de Huelva. D. Pedro Cantero Cuadrado. Se hicieron cargo en ese momento de la Escuela de Formación Profesional Marítimo-Pesquera “Stella Maris”. En 1968 se cierra Stella Maris y los Salesianos están un año fuera de Huelva, siguiendo en activo el Centro Juvenil Salesiano. En el 1964 la diócesis adquiere los terrenos donde se iniciarían en 1966 las obras del Colegio “Cristo Sacerdote”, que culminaría en 1968. Fue el entonces Obispo de Huelva, D. José Mª García la Higuera, quien en 1969 llamó de nuevo a los Salesianos para contar con su presencia en el servicio educativo.
“Nos gustaría con este aniversario recuperar la historia desconocida de nuestra casa, haciendo presente los grandes acontecimientos que han marcado estos años, las fechas destacadas que hemos vivido, o las opciones que se han ido implementando para seguir atendiendo a los jóvenes más pobres y necesitados”, añade. “Pero este cincuentenario quiere también mirar al futuro, por eso el lema elegido ha sido Salesianos Huelva, 50 años creando futuro.Estos años son el trampolín para los próximos años que vienen por delante”, comparte el salesiano sobre un programa de actos que busca hacer partícipes a todos los miembros de la familia onubense. “Con mucho cariño hemos involucrado a todos los estamentos de la Casa y le hemos pedido que hagan de forma extraordinaria lo que cada año se ha ido celebrando de forma ordinaria. Nos espera un año lleno de emociones y buenos momentos para compartir con todos los amigos de la Casa Salesiana de Huelva”, explican.
Desde entonces y hasta hoy el colegio salesiano ha acompañado a miles de jóvenes a abrirse camino en la vida creando futuro en sus vidas y en la sociedad.
Así se vive el curso 2019/20, un año en el que Cartagena, Jaén, Alcoy, Huelva y el Colegio Mayor Universitario San Juan Bosco de Sevilla se unen porel fruto de su rica historia y gracias a la vigencia del estilo de Don Bosco. Una oportunidad para recordar el pasado mientras se proyecta el futuro.
- ¿Qué momento o capítulo de la historia del Colegio Mayor se podría destacar entre todo lo vivido?
- ¿Qué momento o capítulo de la historia de Huelva se podrían destacar entre todo lo vivido?
Los años ‘80-’90 estuvieron marcados por la presencia de varios salesianos que dejaron su huella en esta casa y en su colegiales: José Antonio Sánchez Romate, Valentín Viguera, Luis Valpuesta, Antonio Calero… Cuando vienen antiguos colegiales preguntan por ellos o cuentan agradecidos cómo les marcaron en su paso por la casa.
La última década ha supuesto una apuesta decidida en el Colegio Mayor por la excelencia y por trabajar en consolidar su organización interna. Los procesos iniciados en vista a la obtención de diversos sellos de calidad y, ahora recientemente, del sello EFQM 500+ han obligado a sistematizar los procesos internos de admisión y selección de colegiales, de acompañamiento, de compras, formativos…, haciéndolos menos dependientes del salesiano o de la persona que esté al frente”.
Miguel Ángel Álvarez
Quizás cabe destacar los primeros años de la Casa. En concreto los diez primeros años fueron realmente heroicos. En esos diez años pasaron seis directores por la casa, donde cualquier decisión se convertía en un problema. Pero alrededor de esos problemas se fue forjando un entramado de personas que lucharon por la Casa de una forma increíble.
Si tuviera que destacar un acontecimiento es la construcción de todos los barrios que rodean el Colegio. Al principio el Colegio estaba en un gran descampado, y los chicos venían del Centro de la Ciudad. Pero en pocos años, se construyen los barrios que actualmente abrazan a la Casa. Con la llegada de las nuevas familias, el colegio cambia su fisonomía, y adquiere el carácter social y popular que actualmente marcan su fisonomía.”
Manuel Ernesto Granja