La congregación salesiana se estableció en Puebla de la Calzada el 8 de julio de 1953. Este curso se cumplirán 70 años, siendo la casa de Extremadura con mayor antigüedad de la comunidad extremeña, por delante de Mérida y Badajoz. Esa fecha sería el comienzo de una serie de acontecimientos que de alguna manera iban a repercutir en la vida del pueblo.
La idea había ido tomando cuerpo nueve años antes, desde 1945. Tanto desde Puebla como desde Sevilla se acariciaba lo que iba a ser una realidad: la familia Gragera Amigo y los salesianos iban a iniciar un camino que culminaría en una fundación benéfico-docente en favor de los niños del pueblo. El 24 de septiembre de 1950, a las 19 horas, se realizaba la bendición de la primera piedra por parte del señor obispo, comenzando así las obras que durarían hasta 1953, año en el que la comunidad salesiana, dirigida por Francisco Javier Montero, que había estado al frente de las obras, se hace cargo; el día 8 de julio. La ermita actual es de 1920 y con la llegada de los salesianos, se abrió al culto el 18 de octubre de 1953. La inauguración oficial del colegio se produjo el 22 de octubre de 1953, con la presencia del Rector Mayor de los salesianos Renato Ziggiotti, acompañado del superior provincial Claudio Sánchez.
Desde el primer momento, la comunidad salesiana se ganó el cariño de los jóvenes del pueblo, pues la dedicación hacia ellos con actividades como el oratorio les llena de alegría y momentos tan buenos que les permite compartir recuerdos que no olvidarán. El número de alumnos aumenta considerablemente durante los 7 primeros años, pasando de 255 (con 53 internos) en 1953 a 977 (de los que 324 eran internos) en 1960. La labor de los salesianos deja una huella imborrable en los chavales de Puebla de la Calzada y así hasta nuestros días, donde la Congregación y el colegio forman parte de la vida del pueblo y no se puede concebir a día de hoy Puebla sin los salesianos. Actualmente, y desde 2002, el centro es dirigido por seglares que realizan una encomiable labor educativa, haciendo palpable cada día la semilla de Don Bosco y poniendo en el centro de la educación los tres pilares fundamentales del sistema preventivo: Razón, Religión y Amor.