Miguel Canino
Coordinador Inspectorial de Escuelas
En el último encuentro de directores de escuela hemos iniciado una reflexión sobre la identidad y la propuesta pastoral de nuestros colegios. ¡No por no tenerla! Sino por ser un tema fundamental y estratégico.
Siguiendo las indicaciones del recién aprobado Proyecto Inspectorial de Escuelas nos hemos propuesto en este curso “Elaborar un plan inspectorial de escuela en pastoral que, entre otros elementos, incluya un proyecto de animación de la pastoral escolar que pueda servir de guía y apoyo a las escuelas, contemplando los diferentes contextos, situaciones y necesidades que presentan nuestros destinatarios”.
Sin lugar a dudas, es un reto pastoral apasionante que nos ayuda a poner el foco de atención en una de nuestras grandes prioridades. El reto es seguir desarrollando una escuela evangelizada y evangelizadora, una escuela en pastoral con una propuesta valiente de pastoral explícita y siendo conscientes de la riqueza de nuestra tradición salesiana que integra la evangelización y la educación: “evangelizamos educando y educamos evangelizando”.
En este sentido, el Cuadro de referencia nos recuerda que “la Pastoral Juvenil Salesiana asume la evangelización como la primera urgencia, consciente de que su misión principal es proponer a todos los jóvenes que vivan su existencia como la vivió Jesús. Todo ello para que se encuentren gradualmente con Cristo, vivan plenamente su humanidad y se hagan protagonistas y corresponsables en la construcción del reino de Dios en el mundo” (La pastoral juvenil salesiana, p. 31)
Esta identidad y vivencia pastoral permea todas las dimensiones de la escuela. No solo es algo de un coordinador o un equipo, sino de todos los que forman parte de un colegio. Además de la planificación pastoral, esta vivencia debe caracterizar la reflexión, la planificación, la gestión, la actualización, la selección de personal, el liderazgo, el currículo, y los planes y programas de cada escuela… etc.
Por ejemplo, en este número de la revista SMX se profundiza en la metodología del Aprendizaje-Servicio (APS) y nos podríamos preguntar por qué la adoptamos… ¿por estar de moda? El motivo principal es que el APS es una metodología coherente y en sintonía con nuestra identidad y nuestros valores más profundos.
Me gustaría concluir recordándonos una de las principales insistencias del papa Francisco: “la salida misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia” (EG 15). También nuestras escuelas, como obras de la Iglesia, están llamadas a adoptar este paradigma. Seguir siendo educadores y evangelizadores de los miles de jóvenes y adultos que cada día están con nosotros.