Realidad y desafíos de una Inspectoría que mira al futuro con esperanza

19 abril 2022

La primera jornada del Capítulo Inspectorial de la Inspectoría María Auxiliadora se dedicó por completo a la escucha, estudio y comentarios del preceptivo Informe sobre el estado de la Inspectoría, que el superior de la misma presentó a los capitulares.

Las palabras de Ángel Asurmendi, durante una primera intervención a lo largo de casi dos horas, ofrecieron a la asamblea, “más que datos cuantitativos, que se pueden obtener en cualquier momento, un oportuno informe cualitativo en torno a las ocho líneas programáticas que el Rector Mayor con su consejo ha lanzado para el sexenio 2021-2027”.
 
«La razón de todo ello es, en primer lugar, señalar la realidad y el conjunto de desafíos de una Inspectoría que quiere mirar el futuro con esperanza. Y por otra parte, me parece importante seguir las indicaciones que nos envió el Vicario del Rector Mayor a la hora de plantear los capítulos inspectoriales en las diversas inspectorías del mundo salesiano», explicaba el propio Asurmendi sobre un trabajo elaborado con su visión de la realidad, con las aportaciones de las delegaciones inspectoriales y de las comunidades. «Agradezco la participación de todos y en especial de las comunidades salesianas que han contestado con responsabilidad y profundidad».
 
Entre las líneas presentadas, que realizaron un recorrido desde el crecimiento en identidad salesiana hasta el trabajo junto a los laicos en la misión y la formación, permitieron incidir en algunos elementos de la realidad inspectorial para una lectura de la actualidad y para el futuro. «Quiero señalar la coincidencia existente entre las líneas marcadas por el Rector Mayor con las líneas del Proyecto Orgánico Inspectorial que nos trazamos en 2016 y también en los documentos trabajos en el 2019 sobre la identidad de la Inspectoría y sobre el salesiano que queríamos ser», añadía.
 

Los ciento treinta capitulares tomaron nota de la exposición de los múltiples frentes de la vida y obra de los salesianos en todo el territorio inspectorial. Tras el estudio personal y las aportaciones de los grupos, Ángel Asurmendi, en la sesión vespertina, recogió el más de medio centenar de cuestiones planteadas. Lo hizo con un discurso directo, ante una asamblea que agradeció esta radiografía detenida, «según la percibe y la vive su Inspector».

«Dirijamos la mirada a la misión que tenemos encomendada. Es preciso que en estas circunstancias nos planteemos la vivencia y el sentido profundo de la misma en nuestra propia vida. Y que todo ello nos ayude a definir, abiertos al Espíritu, los caminos por donde hemos de seguir avanzando y peregrinando en los próximos años», concluía.

Durante la sesión también hubo ocasión de conocer el trabajo realizado en la animación vocacional, con las orientaciones del coordinador inspectorial José Luis Navarro, que explicó el trabajo de acompañamiento personalizado «desde la pastoral de la artesanía» para invitar con creatividad a quien desea encontrar su vocación, porque se siente llamado por Dios a vivir desde los valores del Evangelio su vida.
 

Por otra parte, Fernando Báñez, secretario del Capítulo Inspectorial, presentó como consejero para las obras de gestión seglar, el trabajo que se realiza en el acompañamiento a las casas sin comunidad y el desarrollo del documento inspectorial donde destacó el trabajo local. 

Para cerrar el tiempo de presentaciones tuvo lugar la puesta en común por parte de Fernando Miranda, vicario inspectorial, de la labor realizada desde la comisión de Protección de menores y ambientes seguros para reafirmar el compromiso con la protección hacia las personas menores y vulnerables, así como la especial atención a las víctimas de abusos y sus familiares. El ámbito de trabajo de la comisión es la promoción de los valores éticos, con especial énfasis en la protección de los menores a través de la promoción de los derechos de la infancia y de la prevención de los abusos de todo tipo y la lucha contra los mismos. «El compromiso de la Congregación es tener una actitud de escucha, acogida y un encuentro personalizado con los posibles víctimas y victimarios», explicaba como coordinador de la comisión.

El turno de intervenciones se cerró con un recordatorio al cuidado de los salesianos mayores, la eliminación de prejuicios, el binomio existente entre el patio y gestión, y la solidaridad a la que nos llama la misión.

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