San Lorenzo es uno de los mártires más conocidos del cristianismo primitivo (+258). En Roma, como diácono, tenía la responsabilidad de administrar los bienes de la Iglesia. Cuenta la tradición que en el momento en que iba a ser apresado, le fueron requeridas todas sus posesiones. Conducido ante el prefecto, se presentó con un grupo de pobres, diciendo: «Estos son la verdadera riqueza de la Iglesia».
Puede servir esta anécdota para enmarcar la reciente presentación de la última Memoria Anual de Actividades de la Iglesia católica, correspondiente al año 2017. Con frecuencia, fruto del desconocimiento –y, a veces, de la mala fe– adolescentes y adultos enardecen su discurso hablando de las «riquezas de la Iglesia» o de los «tesoros del Vaticano». Frente a estas voces habitualmente desinformadas, la Iglesia católica en España viene realizando desde el año 2007 un ejercicio de transparencia en sus cuentas, con el único afán de «rendir cuentas a la comunidad católica y a la sociedad española que de tan diversas maneras colaboran para que la acción de la Iglesia sea posible».
En la presentación del documento, monseñor Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, hace notar que «esta Memoria muestra de forma más clara y concisa cuál es la contribución de la Iglesia a la sociedad en justa correspondencia a lo que ha recibido del Señor y de los ciudadanos miembros o no de la Iglesia. Constituye una oportunidad para mostrar la actividad tan inmensa que realiza la Iglesia cada año y para agradecer las aportaciones de todos». Y añade: «Estas páginas muestran la acción de la Iglesia en cumplimiento de su permanente misión, realizada en este momento: el anuncio del Evangelio, la celebración de los sacramentos y las obras caritativas, sociales, educativas y culturales, que son posibles gracias al trabajo y la entrega de millones de personas que, con su tiempo o sus recursos, participan de la misma, conscientes de que ello es también una aportación al bien de la sociedad.
La Memoria, verificada por el Informe de Aseguramiento Razonable de la prestigiosa auditora internacional PwC (véase página 9 del documento), está accesible para todos los interesados en la web de la Conferencia Episcopal, al igual que los anuarios precedentes.