Después del intenso calendario de visitas que el Rector Mayor, Ángel Fernández Artime, ha realizado a diferentes obras de la España salesiana, en la última estación del trayecto, Barcelona, todavía mantenía intactas sus fuerzas, su amabilidad, gran cercanía y empatía con todos los miembros de la familia salesiana que han querido dialogar con el X sucesor de Don Bosco.
Su capacidad de comunicación y de transmitir vida, profundidad y reflexión no ha dejado a nadie indiferente, y en todas sus intervenciones la atención por parte del público, sin importar la edad, ha sido máxima. Un lenguaje claro, conciso, directo y desafiante, planteando retos para seguir siendo hoy fieles al carisma de Don Bosco, cada uno desde su propia realidad y vocación.
La mañana de ayer empezó con la visita a la Plataforma Social Salesiana de Martí-Codolar, donde fue recibido por un gran número de chicos de algunos proyectos y sus educadores. En un clima de familia, un educador de origen argentino, tomando “mate” – que compartió con el Rector Mayor, durante algunos años inspector en Argentina, y su secretario Horacio, natural de Argentina – explicaba al mismo tiempo el trabajo que se realiza con los chicos más vulnerables.
El Rector Mayor, en un diálogo con los jóvenes, explicó sus orígenes humildes. Ángel les dijo que era hijo de pescadores y en su infancia las condiciones de vida eran duras, vivían en una casa muy pequeña con escasos recursos y su familia vivía del mar. Pero a pesar de ello “a todo el mundo se nos presenta una oportunidad en la vida, independientemente del contexto personal, y es en ese momento cuando uno debe saber aprovecharla, porque siempre existe, y puede significar el cambio hacia una vida mejor”.
Los chicos escucharon atentamente y dialogaron con el Rector Mayor durante más de una hora, Ángel tocó el corazón de muchos jóvenes explicando situaciones de otros jóvenes en diferentes países del mundo que habían tirado adelante después de vivir situaciones muy complejas de conflictos bélicos, explotación sexual, vida en la calle, etc, porque en un momento se les había presentado “la oportunidad” y la habían sabido aprovechar. Y en muchos casos, el proyecto salesiano de acogida a los chicos más vulnerables había sido esa oportunidad.
La visita prosiguió con el encuentro con los salesianos mayores y algunos de ellos enfermos en la residencia de Martí-Codolar. Momento emotivo de abrazos sinceros y cariño y celebración eucarística en la que el Rector Mayor les dijo que “lo importante por encima de todo es el sí que habéis dado cada día. Somos salesianos de Don Bosco y lo hemos dado todo por él”, animándoles a seguir transmitiendo felicidad en esa etapa de su vida.
Todavía hubo tiempo en la mañana para algunas fotografías de grupo en el mismo lugar en el que se tomó la fotografía Don Bosco en su visita a Martí-Codolar y posteriormente tuvo lugar un encuentro con el Visitador Extraordinario y el Consejo Inspectorial para valorar la visita del rector Mayor y del Visitador Extraordinario, Stefano Martoglio.
Ya en la tarde, iban llegando jóvenes y sus educadores del Movimiento Juvenil salesiano (MJS), expectantes y motivados por conocer al Rector Mayor y poder establecer un diálogo franco y sincero. Unos 150 jóvenes se hicieron presentes en ese momento entrañable.
Ángel les dijo que “plantearse la vida como donación es la mayor garantía de felicidad, sea cual sea vuestro sueño”. En sintonía con los tiempos actuales, el MJS propuso una dinámica de hacer preguntas al Rector Mayor a través de twitter, que le preguntaron sobre cuál debía ser la actitud de la familia salesiana enfrente a la llegada de refugiados, si la mujer debería poder ser diaconisa en la iglesia, que esperaba de los jóvenes del MJS, etc, y Ángel fue respondiendo (en breve colgaremos el audio con sus respuestas).
Entre algunas de las frases más destacadas el Rector Mayor subrayó “que la iglesia tiene una deuda pendiente con la mujer”, que “los jóvenes son muy capaces de vivir una fuerte experiencia de Dios”, y que “es fundamental tener un proyecto de vida conjunto” refiriéndose especialmente a las parejas jóvenes que deciden compartir su vida, y que en ese proyecto no quedarse encerrado en la pareja y abrirse al entorno y darse con generosidad es el camino hacia la felicidad.