Durante los días 8 y 9 de marzo se llevó a cabo la peregrinación de un grupo de presos de Jaén al Santuario de la Virgen de la Cabeza.
Tras varias reuniones preparando la actividad por fin llegó el esperado momento de la peregrinación. La mañana del viernes, a las 9:00, marchaba el grupo hacia Marmolejo donde estaban esperando miembros de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza que acompañarían en la peregrinación.
Todo comenzó con un apetitoso y sustancioso desayuno: churros con chocolate, café, tostadas, zumos… un buen preámbulo para coger energías y de ahí pasar a visitar la ermita de la Virgen en el pueblo. El cansancio de la subida fue premiado con la visión del arco de La Calzada, aunque arriba esperaba la “Morenita”. "Desde el inicio de la peregrinación ha sido una experiencia inolvidable. Un camino duro y largo, pero con la recompensa de disfrutar de esa magnífica Sierra Morena y un camino que se hizo mucho más suave por el cariño con el que nos han tratado todas las personas que nos iban recibiendo y acompañando", compartían.
"Tengo que dar gracias a Dios por este inmenso regalo que me ha concedido de poder presenciar de cerca la emoción y la admiración del grupo de internos de la prisión al ponerse delante la Imagen de la Virgen de la Cabeza y de los momentos de oración y convivencia con ellos y con los de la cofradia", explicaba agradecido José González, salesiano responsable de la actividad.
Los testimonios tras la experiencia compartida eran la mejor guinda. Entre ellos uno de los internos escribía al finalizar la peregrinación: "¡Cuánto amor fluía del corazón de la Virgen de la Cabeza! Nosotros habíamos bebido ese amor de las manos y de las caras de tantas personas que estaban haciendo posible nuestro caminar", añadía.
