La Pastoral penitenciaria celebró del 21 al 23 de octubre en El Escorial (Madrid) su X Congreso Nacional de esta Pastoral con el tema “Otro cumplimiento de pena es posible”. Después de un año de espera, al tener que retrasar su celebración con motivo de la pandemia, este Congreso ha sido un momento para que todos los implicados en la Pastoral penitenciaria se vuelvan a encontrar. Y juntos, aprender, escuchar, acoger y reflexionar.
Declaración final del X Congreso Nacional de Pastoral Penitenciaria
Convocados por el Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y Promoción Humana de la Conferencia Episcopal Española, se han reunido 240 congresistas para debatir y reflexionar sobre un tema sugerente, que ha sido consecuencia de la pandemia sufrida a nivel mundial. Muchos presos han cumplido condena a través de medidas alternativas: tercer grado, control telemático, suspensión de condena, TBC, talleres…Lo sorprendente de estas medidas es que en ningún caso han generado más delitos ni más aumento de internos en prisión. Esto nos ha llevado al convencimiento de que, otro cumplimiento de la pena es posible, sin pasar necesariamente por la cárcel.
“Un Congreso que ha tenido una variada y plural participación: capellanes, delegados diocesanos, voluntarios, abogados, trabajadores de la Administración Penitenciaria…. Han participado personas de todos los agentes que intervienen en el mundo de la prisión. Unas jornadas enriquecidas por las ponencias, testimonios y reflexiones de los trabajos en grupos.
Como Iglesia en salida y con espíritu sinodal, que este año se ha vivido en muchas prisiones de España, nos dirigimos a la Iglesia y a la sociedad para que reflexione y articule medidas de cumplimiento de la pena que supere los muros de la cárcel.
En este X Congreso Nacional de Pastoral Penitenciaria hemos trabajado las tres áreas que configuran nuestra pastoral; Religiosa, Social y Jurídica. Desde ellas queremos seguir trazando el futuro de nuestra Pastoral Penitenciaria.
Un esperanzador horizonte se abre ante nosotros, donde el hombre y mujer, con sentencia, no necesariamente han de pasar por la prisión. También somos conscientes del gran reto que se presenta ante nosotros, pues la sociedad en la que nos ha tocado vivir, sigue presionando para el endurecimiento de las penas.
Llegando al final de nuestro Congreso queremos compartir nuestras reflexiones que emanan de las ponencias, mesas redondas y trabajo de los grupos.”