El citado comentario supone una provocación y una falta de respeto absolutamente inadmisible, no sólo para la Institución salesiana, sino para decenas de miles de malagueños que forman parte de la familia salesiana, que se han formado en sus aulas, que han confiado la educación de sus hijos a un proyecto educativo con el que se sienten plenamente identificados, que han participado de su oratorio y han crecido y han jugado en sus aulas y en sus patios, y que, indudablemente, tienen motivos para sentirse dolidos en primera persona. Es una ofensa para la Congregación, pero también para cada uno de estos malagueños. ?