Alberto López Herrero, periodista salmantino del departamento de Comunicación de Misiones Salesianas, vinculado desde niño al ambiente salesiano, ha sido voluntario y cooperante en Bolivia, Venezuela, Paraguay, Perú, Argentina y Brasil.
En marzo y abril de 2015 estuvo en Sierra Leona y en Liberia para comprobar el trabajo que los misioneros salesianos realizaban con los niños que habían quedado huérfanos por el ébola. En marzo pasado viajó a Medellín para conocer la labor de los Salesianos en Ciudad Don Bosco. Fruto de aquel viaje es el rodaje de un documental de Misiones Salesianas sobre los menores desvinculados de los grupos armados que atienden los Salesianos y que se estrenará en febrero de 2017.
En Ciudad Don Bosco parece que nunca hay vacaciones. Como su nombre indica, es una ciudad en la que siempre hay chicos de un lugar para otro a sus clases técnicas, jugando en las canchas deportivas o haciendo talleres al aire libre. Puede haber profesores, administrativos, trabajadores sociales… que disfruten de sus periodos reglamentarios de vacaciones, pero Ciudad Don Bosco no se detiene nunca porque los menores, adolescentes y jóvenes a los que atiende necesitan toda la atención del mundo.
Hace más de un siglo que los Salesianos llegaron a Medellín y desde entonces su preocupación por los menores y jóvenes más desfavorecidos no ha cambiado. Hace 50 años Ciudad Don Bosco se instaló en una de las zonas altas de la ciudad, en el barrio Aures, y allí, con más de medio centenar de hectáreas atiende, in situ o en otras partes de la ciudad, más de media docena de programas de protección y prevención destinados a la infancia y juventud en riesgo.