Felipe Rinaldi nace el 28 de mayo de 1856 en Lu Monferrato (Alessandria, Italia). A los 21 años fue conquistado por Don Bosco.
Ordenado sacerdote, recibió el encargo de formar a los aspirantes y novicios. En 1889 Don Rúa lo envió como Director a Sarriá (Barcelona, España). Llamado después a ser Inspector, contribuyó de modo decisivo al desarrollo de la "España salesiana".
Nombrado Vicario General de la Congregación, reveló aún más sus dones de padre y su riqueza de iniciativas: Cuidado de las vocaciones, formación de centros de asistencia espiritual y social para jóvenes obreras, creador de empresas editoriales, guía y ayuda para las Hijas de M.ª Auxiliadora en un particular momento de su historia. Dio un gran impulso a los Cooperadores.
Instituyó las Federaciones Mundiales de los Antiguos Alumnos y de las Antiguas Alumnas. Trabajando entre las Celadoras de María Auxiliadora intuyó y recorrió un camino que llevaba a actuar una forma nueva de vida consagrada en el mundo, que después florecería en el Instituto secular de las "Voluntarias de Don Bosco".
Fue elegido Rector Mayor en 1922. "A don Rinaldi le falta sólo la voz de Don Bosco, todo lo demás lo tiene", dijo don Francesia. Empeñó todas sus energías en adaptar el espíritu de Don Bosco a los tiempos.
Cultivador de salesianidad y maestro de vida espiritual, reanimó la vida interior de los salesianos, la absoluta confianza en Dios, la ilimitada confianza en M.ª Auxiliadora. Pidió a Pío XI la indulgencia del "trabajo santificado". Cuidó las misiones enviando muchos jóvenes para que aprendieran el idioma y las costumbres para una evangelización más penetrante.
Murió el 5 de diciembre de 1931. Sus restos se veneran en la cripta de la Basílica de Turín. Su memoria se celebra el 5 de diciembre.