Coincidiendo con el 135 aniversario de la visita de Don Bosco a esta casa, la obra salesiana de Martí-Codolar (Barcelona, SMX) ha desarrollado un plan para el cuidado y mantenimiento de sus jardines.
Gracias a las transformaciones que sufrió la finca en los últimos dos siglos, actualmente cuenta con una extensión de más de 2 hectáreas de jardines y zonas verdes, que la convierten en un lugar privilegiado para encontrarse con la naturaleza y disfrutar con sus rincones.
Con el objetivo de proteger y embellecer este espacio, considerado uno de los jardines históricos / lugares pintorescos de la ciudad, se diseñó un plan de cuidado de los jardines que ayude a mantener la belleza del conjunto y la biodiversidad, de manera armónica y temática.
Como miembro de la red salesiana Don Bosco Green Alliance, la casa ha querido mostrar su compromiso global con el cuidado de la casa común, garantizando una gestión eficiente y sostenible de los espacios verdes, mediante unas líneas de trabajo sencillas pero rigurosas.
El deseo de todas las personas que forman la gran familia en Martí-Codolar es que todos los que viven y visitan esta casa encuentren un lugar hermoso y de paz en medio de las prisas y ruidos de la gran ciudad. Un lugar donde la naturaleza nos ayude a conectar más con nosotros mismos y nos acerque a la relación con Dios.
Un poco de historia
La finca, situada en el distrito de Horta-Guinardó de la ciudad de Barcelona, tiene una historia de varios siglos relacionada con la agricultura y la ganadería. La denominada «Granja Vieja» pasó a convertirse a finales del siglo XIX en la residencia de una familia de la burguesía catalana, los Martí-Codolar, quienes transformaron la masía original, montaron una de las instalaciones pioneras, para la época, de cría de aves y hasta albergaron los más de 160 animales con los que tuvo origen el zoo barcelonés, en el Parque de la Ciudadela.
Posteriormente, y gracias a la relación que esta familia estableció con San Juan Bosco, a raíz de su visita el 3 de mayo de 1886, la familia cedió esta casa a la Congregación, en 1949, para que se convirtiera en casa y centro de formación cristiana.
Actualmente, la casa alberga el Instituto Superior de Ciencias Religiosas Don Bosco; el Centro Regional para la formación específica de Salesianos coadjutores; un Museo sobre la historia de la casa y de la presencia salesiana en ella; una comunidad salesiana que, entre otras cosas, acoge una de las enfermerías Inspectoriales. También cuenta con una hospedería que acoge familias de los Servicios Sociales municipales y los migrantes de un proyecto de Cruz Roja. Fuera de la finca, la obra salesiana se completa con un oratorio-centro juvenil y una plataforma social para jóvenes en situación de riesgo de exclusión social.