La imagen de María Auxiliadora de Triana será retirada del culto el próximo 23 de junio para ser restaurada por Manuel Martín Nieto. La imagen viajará a Morón de la Frontera para ser intervenida durante los meses de verano de problemas estructurales y deterioro de la policromía. En los trabajos contará con la colaboración de José Daniel Henares.
Soporte
El propio restaurador justifica en su informe remitido a la comunidad salesiana que «la imagen presenta determinados indicadores de alteración acusados que han causado la preocupación de los responsables de la misma». Tras el examen al que fue sometida la imagen el pasado 30 de abril, se asegura que «posee ciertas deficiencias a nivel de soporte. La más destacada es la separación de ensambles típica en esta tipología de imágenes, y otras tantas más específicas. Algunas zonas que presentan el desensamblado de las piezas que las componen, puede ser la mano derecha. Esta presenta una acusada abertura que parte desde el dedo corazón y atraviesa todo el dorso de la mano», argumenta Martín Nieto.
Por otro lado, destaca el ensamble de la mascarilla, «muy habitual en las imágenes con ojos de cristal. Esta abertura ha sido remediada anteriormente, pero no se ha conseguido integrar el daño. Los ensambles también han marcado en numerosas zonas de los ropajes, donde los cambios volumétricos han variado las dimensiones de cada costero, dejando marcadas algunas uniones, de diferente calibre e importancia. Esta patología cobra una mayor relevancia cuando repercute en la estabilidad de la imagen. Es el caso de la peana, donde un desensamblado que separa la zona de cogida al paso con la estructura de la imagen, se traduce en mayor riesgo y deriva en deterioros progresivos. Es por ello que el desensamblado de la peana, aunque leve actualmente, debe ser revisado con especial atención», especifíca Nieto.
En referencia a los factores humanos que han afectado a la talla, destaca la pérdida de soporte del vestido rosáceo de la imagen y la rotura del dedo anular de la mano derecha, «y que ha sido repuesto, no sin dejar huella del daño».
Muy similar a la patología anterior es el caso de la sandalia del pie izquierdo, que ha sufrido una rotura y ha sido colocada de nuevo «de forma no ortodoxa, afectando incluso a nivel polícromo. Esta nueva adhesión no cuenta con garantías de estabilidad ni de neutralidad»
Por último, en cuanto se refiere a soporte, «se va a destacar otra patología de origen intrínseco de la propia madera. En este caso se trata de una fenda, patología habitual en gruesos destacados de madera, donde, en sentido radial, se abre una profunda grieta, fruto del talado del árbol y por consiguiente deshidratación y merma del volumen del mismo. Esta fenda está localizada en el cuello en sentido vertical», comenta el restaurador.