“Querido Padre Mounir, saludo desde Alepo, la ciudad moribunda, como viene llamándose… La situación en la ciudad es muy difícil y preocupante”. Así escribe el P. Pier Jabloyan, SDB, de Alepo, para informar al P. Munir El Rai, el Inspector de Medio Oriente, que se encuentra en estos días en Italia, sobre la situación de la ciudad después de los últimos bombardeos. Incluso los Salesianos se vieron obligados a suspender las actividades del oratorio en esta “inútil guerra” y se dedican a dar acogida a los necesitados.
El P. Jabloyan especifica cómo los problemas no surgen tanto de la "falta de servicios públicos (electricidad, falta de combustible, falta de agua u otras necesidades)", sino que de los masivos y continuos bombardeos: “disparos de morteros, cohetes, bombas y artillería pesada … Todos estos bombardeos tienen un único objetivo: la ciudad y la población civil. Se han contado muchas víctimas y sobre todo muchos jóvenes y niños y niñas".
"Como Salesianos – continúa la carta – hemos paralizado todas nuestra obra de manera especial el Oratorio y las actividades, al mismo tiempo, tenemos la disponibilidad para dar espacio al que lo necesita o al que está en peligro. Hasta el momento, gracias al Señor, nosotros estamos bien”.
Concluye el joven salesiano: “Estimado P. Mounir, te pido que oren por nosotros y por el pueblo de Alepo para que esta guerra innecesaria termine pronto”.
En un mensaje publicado ayer, 2 de mayo por la Agencia Fides, los obispos Católicos de Alepo han dirigido su grito “a la conciencia de las personas que diseñan y aquellos que están ejecutando esta guerra”, abogando por el fin de las hostilidades por "amor de Dios" y por la “Misericordia de los hombres”, por “el grito de la sangre de los niños y de los mártires que se eleva a Dios” y “por las lágrimas de las madres en duelo”. Al mismo tiempo, los Obispos instaron a no perder la esperanza, seguro de que tanto sufrimiento será “santificado y santificante, por la paz en Siria y la salvación de nuestra ciudad”.