Los salesianos celebran 125 años de su llegada a Girona

12 mayo 2017

La comunidad salesiana celebrará el 14 de mayo el 125º aniversario de su llegada a Girona. Se celebrará una eucaristía, se instalará una placa, se inaugurará una exposición fotográfica y se hará una comida.
 
Un siglo y cuarto durante el cual han dejado una huella profunda en la ciudad y sobre todo en sus jóvenes, primero en Pont Major y actualmente con la labor que realizan en la parroquia de Santa Eugènia.
 
Según explicó el historiador y salesiano Ramón Alberdi, la comunidad llegó a Girona porque había la huella de Don Bosco, que hizo estancia en la Casa Carles de la ciudad el 6 de mayo de 1886, de camino a Francia. Pero no fue hasta 1891 que Felipe Rinaldi, entonces director de los Talleres de Sarrià (Barcelona), envió hacia Girona el sacerdote gallego Manuel Benito Hermida Pérez y el clérigo Dionisio Vicente, aún estudiante.
 
Su primer destino fue el numero 128 de la calle de Pedret, donde el día 14 se colocará una placa conmemorativa. Desde allí, comenzaron a trabajar para poder habilitar la vieja masía de la Manola para convertirla en el hogar salesiana en la ciudad.
 
El 14 de mayo de mayo se pudo inaugurar la Manola un nuevo Oratorio Festivo, también llamado Esplai Dominical, donde ofrecían actividades y juegos para los más pequeños. También pusieron en funcionamiento una pequeña escuela gratuita mientras iniciaban la construcción de un edificio de nueva planta para poder crecer. Así, la Granja Salesiana de Sant Isidre se pudo inaugurar en Pont Major en 1893, y el padre Santiago Ghionea fue el encargado de consolidarla recibiendo un número cada vez mayor de alumnos, algunos de los cuales internos.
 
Esta fue la primera granja-escuela que tuvieron el salesianos en todo el Estado español, y tenía como objetivo combinar la enseñanza católica con la agricultura, por lo que los hijos del campesinado gerundense más desfavorecido pudieran salir bien instruidos.
 
Cuando este espacio quedó pequeño, surgió la idea de construir el santuario de María Auxiliadora, que tras numerosas dificultades -debido a los aguaceros y la falta de recursos- se convirtió en realidad en 1901.
 
Los sucesores de Ghionea continuaron expandiendo la tarea de los salesianos en Girona. El curso 1924-25 entró en funcionamiento un nuevo colegio de primaria junto a la Granja-Escuela, y en 1928 se sumó también una casa-seminario de formación para jóvenes salesianos.
 
Por todo ello, tuvieron que levantar un nuevo edificio. Tras el paréntesis que supuso la Guerra Civil, los salesianos retomaron su actividad, aunque acabaron cerrando el internado y tampoco se reanudó la actividad de la granja-escuela. En 1943 se creó la Asociación de Antiguos Alumnos, que sigue siendo muy activa y que ha sido la impulsora, de hecho, de la celebración del 125 aniversario.
 
En cambio, si que continuó el oratorio Festivo y el seminario- colegio, aunque la falta de seminaristas hizo que también se aceptaran alumnos externos. En 1972, el descenso de alumnos permitió alquilar una parte del espacio en el Ministerio, que también lo dedicó a la enseñanza. El curso 1977-78 el seminario se trasladó a Mataró, y el poco después el obispo Jaume Camprodon encargó a los salesianos la gestión de la parroquia de Santa Eugènia.
 

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