“Los primeros valores que se aprenden en los Campamentos son la generosidad y el respeto”

6 julio 2017

Álex Agustín tiene 25 años y es de Zaragoza. A parte de su trabajo como Técnico de colocación en la Agencia ASTI (Salesianos Zaragoza) y Auxiliar Administrativo en el Departamento de Formación Empresa-Escuela (Salesianos Zaragoza) lleva 9 años como monitor voluntario en la Asociación Juvenil Trobada d’Amics, el CJ de los Salesianos Zaragoza, participando en diferentes actividades, entre ellas los Campamentos de verano.

¿Qué significa para ti participar en los Campamentos?
 
Es un privilegio estar 13 días en plena naturaleza, mostrando lo mejor de uno mismo y haciendo que niños y jóvenes muy distintos disfruten y aprendan desde el ejemplo. Son muchas horas de convivencia que permiten vivir experiencias distintas y, sobre todo, estrechar relaciones entre todos los participantes en un ambiente de alegría.
 
¿Qué valores crees que les aporta a los chicos y chicas que participan?
 
Creo que los primeros valores que se aprenden son la generosidad y el respeto, puesto que al no estar con sus padres deben ser capaces de compartir con los demás su espacio, su tiempo, los materiales… además de tener que tratar a los otros de una forma educada y empática, pues van a ser sus compañeros y/o monitores de campamentos durante los 13 días.
Creo que la responsabilidad es otro valor que se trabaja, ya que deben aprender a ser autosuficientes en muchas tareas, incluidas algunas comunitarias, además de gestionar la ropa y utensilios que llevan. Por último, la parte cristiana es muy importante, puesto que se puede tratar con ellos durante los 13 días, a distintos niveles, y para ello se dispone de muchos momentos (buenos días/noches, celebraciones, momentos formativos, etc.)
 
¿Alguna anécdota divertida que nos puedas contar?
 
No sé si divertida es la palabra, pero allá va. Hace un tiempo, el campamento que teníamos enfrente (también de Salesianos) tuvo una epidemia de piojos y tuvieron que terminar suspendiéndolo unos días antes. Claro, nosotros llevábamos mucho cachondeo con el tema y nos reíamos todo el tiempo.
Pues resulta que al año siguiente fuimos nosotros los que tuvimos una epidemia, con más de 70 personas sufriéndolos y debiendo lavar todos los sacos de dormir y la ropa con agua a 60º, cambiando a gente del lugar donde dormía… En resumen, teniendo el campamento patas arriba. Eso sí, nosotros no tuvimos que suspender el campamento.
 
¿Qué crees que pensaría Don Bosco de los Campamentos que se realizan con jóvenes en tantas partes del mundo?
 
Creo que estaría orgulloso de que su obra se hubiera extendido tanto, viendo cómo se llega a jóvenes de toda clase y lugar, dando respuestas a necesidades de la sociedad y, sobre todo, formando buenos cristianos y honrados ciudadanos.

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