No hay duda que en el pensamiento de Don Bosco no había otra idea sino de entregarse a Dios por medio de los jóvenes. Había comprendido con pocos años de sacerdote que “si queremos tener una buena sociedad – escribía – debemos concentrar todos nuestros esfuerzos en educar a los jóvenes en el cristianismo. La experiencia me ha enseñado que cuidar de los jóvenes es el único camino para conseguir una sociedad civil sostenible”. Sin dudar un instante, sabiendo que era la voluntad de Dios, de Don Bosco funda la Congregación Salesiana y se puede considerar el 18 de diciembre de 1859 la “Fecha oficial de la fundación de la Sociedad de San Francisco de Sales” (M.B. VI, 335)
El nombre dado por el fundador fue el de “Pía Sociedad de San Francisco de Sales” y contaba en sus inicios con 17 miembros (un sacerdote, 15 seminaristas y un estudiante). El primer Salesiano Coadjutor ingresó en la Congregación el 22 de febrero de 1860. La Iglesia aprobó la Congregación el 23 de julio de 1864 y reconoció oficialmente sus Constituciones y Reglamentos el 3 de abril de 1874.
Don Bosco le dio el nombre a la Congregación: “Salesianos”. Este famoso nombre fue en honor al santo obispo de Ginebra, Francisco de Sales (1567-1622). El 26 de enero de 1854, Don Bosco reunió las cuatro primeras personas que se propusieron “hacer… una experiencia de ejercicio práctico de caridad con el prójimo”, y “de acuerdo con uno escritos de Don Rúa, y de Don Lemoyne, asumieron por vez primera el nombre de Salesianos. Mirando hacia atrás, este suceso representaría la primera experiencia significativa conducente a la fundación de la Congregación en 1859”, escribe Arthur Lenti.
Después de estos significativos acontecimientos, los Salesianos fueron abriendo nuevas presencias. La primera casa salesiana fuera de Turín fue la de Mirabello abierta en 1863 y el primer país por fuera de Italia fue Francia, en la ciudad de Niza en 1875. El primer país fuera de Europa en recibir a los salesianos fue Argentina donde llegaron en 1875.
En este día que celebramos un aniversario de la Fundación de la Congregación Salesiana no olvidamos las palabras del P. Angel Fernandez Artime, Rector Mayor: “La primera gran sensación, es que Dios sigue queriendo el carisma de Don Bosco para el bien de los jóvenes del mundo”.