“Hemos pasado momentos muy duros. Una lluvia de bombas cayó sobre el pueblo de Alepo. Una niña del oratorio resultó herida junto con su hermana, después de un que bomba cayera en su palacio, pero gracias al Señor, se encuentra recuperándose”. Es el enésimo informe, dramático, que proviene de los Salesianos de Alepo, que debido a la reanudación de los bombardeos también tuvieron que interrumpir sus actividades de verano para niños y adolescentes. Y sin embargo, no hay deseo de renunciar. Para fin de mes, los jóvenes salesianos y las iglesias locales organizan la jornada de la juventud.
“El lunes 11 de julio habría comenzado la última semana con la presencia de los muchachos en las vacaciones de verano, pero la situación no permite, por ello, hoy hemos decidido cerrar el oratorio, para no poner en riesgo a los niños – comentaban los religiosos – La situación se está deteriorando, estamos en las manos de Dios y bajo la merced de los que toman decisiones. Nos preguntamos ¿Pasará esta dificultad? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¡No sabemos! Sólo sabemos que tenemos una amargo cáliz para beber… y ¡cuán amargo!”
En un contexto de desolación y desesperación, los salesianos están todavía activos y decididos a hacer todo lo posible a favor de los muchachos: “A pesar de la guerra, estamos organizando junto con las iglesias locales una jornada de la juventud en Alepo, que se celebrará del 29 al 30 de julio, simultáneamente con la JMJ en Cracovia. Es un fuerte mensaje de esperanza llevado a todo el mundo, es un grito de todos los jóvenes de la ciudad: ¡somos gente de paz y queremos la paz!”.
Es la "paradoja misteriosa y maravillosa" de la que habló recientemente Mons. Antoine Audo SJ, guía de la Diócesis Caldea de Alepo: “por un lado, todos estamos desconsolados por lo que sucede, por otro lado hay muchos que en este estado se reúnen para celebrar los sacramentos, rezar, compartir un espíritu de esperanza y piedad ".
“Oren por nosotros – concluyen los Salesianos – porque esperamos jornadas muy duras”.