Las escuelas salesianas de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora proyectan al futuro en comunión

10 noviembre 2016

Del 7 al 9 de noviembre ha tenido lugar en la Casa Diocesana de Espiritualidad “San Manuel González” el primer encuentro inspectorial de directores de escuelas salesianas de la Inspectoría María Auxiliadora.

Este encuentro, que ha contado con más de 120 participantes de las diferentes escuelas salesianas de Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Baleares, Andalucía, Extremadura y Canarias, ha permitido profundizar en el Proyecto Inspectorial para una red formada por 60 escuelas, integradas por 29 de centros de Formación Profesional, 52000 alumnos, 3500 profesores y 600 miembros del personal de administración y servicio.

El Inspector Cristóbal López fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes agradecido al ver a tantos directores y directivos de la Inspectoría en un mismo escenario. “Si alguien externo preguntara qué estamos llevando a cabo se podría acercar a las cifras de lo que representamos, pero no profundizaría y se quedaría únicamente en las ramas”, explicaba poniendo el símil de un gran árbol . “Otros irían más allá y podrían decir que se reúnen en Málaga un gran grupo de educadores salesianos que se definen por ser apasionados por los jóvenes, guiados por un estilo familiar basado en razón, religión y amor.  Personas que comparten un carisma, un espíritu y una misión, ahí hablaríamos de la vocación. Ese sería el tronco de este árbol, sólido y consistente que no se muda ni se cambia. En una tercera profundización diríamos que somos cristianos que tienen la raíz en Don Bosco para obtener sus frutos. Sin identidad y sin vocación podríamos caer en el activismo, por lo tanto si somos conscientes de quiénes somos, cuáles son nuestras raíces podremos realizar correctamente nuestra misión”, comentaba para concluir con un deseo. “Qué bueno sería que en este primer encuentro inspectorial no solo se establezcan sinergias. Tenemos una gran oportunidad para compartir nuestra vocación y compromiso cristiano”, concluía.

Por su parte, Francisco José Pérez, delegado inspectorial de Pastoral Juvenil, insistía en la alegría de ver un sueño cumplido con la celebración de este encuentro. “Uno va viendo como se va haciendo realidad una comunidad inspectorial que nos lleva a caminar juntos en la realización de un proyecto educativo que va más allá de la respuesta importante y necesaria  del ambiente Escuelas. No podemos olvidar nunca a nuestros otros ambientes, como Plataformas Sociales, Oratorios y Centros Juveniles, o Parroquias, así como otras formas de responder desde los diferentes sectores. Todos formamos parte de un gran proyecto donde la Escuela tienen un peso específico, no solo en número, también en incidencia. Nuestras escuelas para muchas familias y muchos jóvenes quizás sea la única forma de acercarse al Evangelio. Eso nos obliga como directivos a que nuestras escuelas tengan razón de existir para anunciarlo entre sus retos y obligaciones”.

Miguel Canino, coordinador inspectorial de Escuelas, cerró el momento de los saludos recordando que a veces lo urgente se come a lo importante y agradeciendo a todos los presentes la disponibilidad para aparcar por unos días la vorágine de la dirección. “El encuentro nace con tres grandes objetivos: conocernos, crecer en comunión y proyectar juntos. Partir del qué pensamos, cuál es nuestra identidad y tradición más genuina, para pasar al qué tenemos y llegar al qué queremos de nuestras escuelas. Es un reto y una oportunidad apasionante”, añadía.

Tras los saludos llegó el momento para las dinámicas de presentaciones, conducidas por el consejero José Luis Aguirre, y el director del colegio salesiano de La Orotava, Emilio Torres, que llevaron a los asistentes a interactuar en la búsqueda del equipo directivo ideal fomentando el encuentro y el diálogo entre todos.

El momento central de la tarde recaía sobre Miguel Canino y la ponencia “Don Bosco y la Escuela” que profundizó sobre el conocimiento histórico. Partiendo desde la “mitología salesiana” y los criterios para comprender a Don Bosco hasta llegar a la aproximación descriptiva y sistemática, los directivos pudieron conocer más sobre el contexto educativo y la legislación que regía el proyecto de Don Bosco, así como las principales fechas significativas para sumergirse en la opciones por la escuela de la Congregación y del santo de los jóvenes.

Además del trabajo también hubo tiempo para la convivencia con la realización de una actividad cultural con el paseo nocturno por el centro histórico de la ciudad.

La segunda del encuentro giró sobre la reflexión de la visión 2020 para la Escuela Salesiana, mostrada por el salesiano Ángel Astorgano, coordinador nacional, y el trabajo en profundidad sobre el Proyecto Inspectorial de Escuelas, que contó con el diálogo por grupos.

Además hubo tiempo para la presentación de las novedades de la editorial Edebé, de la mano de Ana Romeo, así como las informaciones de las Delegaciones de Comunicación y Economía, presentadas por Javier Parra, Carlos Martín y Rafa Escamilla.

La jornada se cerró con el paseo a Salesianos Málaga para celebrar las vísperas en el Santuario de María Auxiliadora, donde tuvo lugar el saludo del salesiano Antonio Gil, director de la casa anfitriona. Tras la cena compartida, organizada por la Asociación de María Auxiliadora a beneficio del proyecto solidario de los pisos de emancipación “Buzzetti”, tuvo lugar un momento muy salesiano con la representación teatral de la obra “Colorín colorado, los cuentos no han cambiado”, interpretada por los alumnos de Bachillerato de la casa. Un momento entrañable que arrancó los aplausos de los asistentes y permitió vivir unas “buenas noches salesianas” junto a sus protagonistas que compartieron lo que había supuesto esta experiencia.

La última jornada sirvió para la exposición de las principales líneas de confluencia en el Proyecto Inspectorial de Escuelas, para concluir con la celebración de la Eucaristía en la que el Inspector Cristóbal López despedía a los asistentes con un último deseo: “Que nuestras escuelas sean verdaderos templos que funcionen como las vidrieras que decoran las principales iglesias. Dejad que pase la luz y que se note el brillo de la educación salesiana”.

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