Ante el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajador, los jóvenes son hoy más pesimistas con respecto a la situación del empleo que hace un año. La pandemia ha hecho mella en un colectivo de por sí ya desfavorecido.
Según el Sondeo COVID-19 llevado a cabo por el INJUVE en junio de 2020, casi 4 de cada 10 jóvenes desempleados cree poco o nada probable encontrar trabajo en el próximo año mientras que un 66% considera que, tras la pandemia, sus oportunidades laborales y económicas serán peores que las de generaciones precedentes. El reciente informe ‘El impacto generacional del coronavirus’, basado en una encuesta llevada a cabo por la agencia demoscópica 40dB, muestra que el 60% de las personas jóvenes entre 16 y 23 años ha visto reducido su salario como consecuencia del coronavirus (frente al 51% de la población general) y el 44,7% ha visto reducida su jornada laboral (frente al 36,8% de la población general).
En este último año, el porcentaje de empleabilidad ha descendido en términos generales en un 20 por ciento. Según datos de la Red de Cámaras de Comercio, el desempleo juvenil roza el 40%. Y un dato importante que empresas, instituciones educativas y gobiernos deberían tener en cuenta es que el 63% de las empresas no encuentran jóvenes formados para los puestos de trabajo que necesitan cubrir.
Mucho más preparados que sus padres, pero con la perspectiva de empleos menos dignos. Así se desprende del informe Fedea, publicado el pasado 20 de abril, en el que se advierte de que los empleados de menor edad cobran hoy salarios muy inferiores a los que se pagaban en 1980.
Si pedimos opinión a los jóvenes sobre su visión del empleo, las respuestas se mueven entre lo muy negativo y la implicación propia para que la situación cambie: “Es precario y lastra proyectos de vida de muchas personas”; “es un reto complicado, vivimos un momento exigente”; “un tiempo frustrante pero los jóvenes tenemos la obligación de ser constantes y no rendirnos”; “es un tiempo de incertidumbre constante”.
Iniciativas por el empleo juvenil de las entidades salesianas
Las entidades salesianas (colegios, plataformas sociales, centros juveniles) trabajan para preparar a los jóvenes para que puedan optar por trabajos dignos y colaboran con las administraciones públicas y empresas para que ese empleo digno sea real. “Empleos que construyan vidas”, como afirma la Coordinadora de Plataformas Sociales Salesianas (CPSS) con motivo del Día del Trabajador.
Los 52 Centros de Formación Profesional de Salesianos y Salesianas, con cerca de 15.000 alumnos y 1.200 educadores, tienen, desde hace años, agencias de colocación, bolsas de empleo y servicios de orientación para ayudar a los jóvenes a conseguir trabajo. Desempeñan un papel muy importante las relaciones con empresas y la implicación de los centros salesianos en la formación de trabajadores, los cursos para empresas y la relación con el tejido industrial del entorno. Y se han puesto en marcha iniciativas originales para situar a los jóvenes en nichos de mercado preferentes, como es el caso del proyecto para despertar vocaciones STEM de Salesianos Zaragoza; o las Jornadas Talento y Futuro Profesional, que acercan las empresas al Centro Formativo; o el Premio Nacional Don Bosco, que abre a los jóvenes participantes la ventana para que los conozcan las empresas; o el proyecto ‘Somos FP Dual’, innovadora iniciativa impulsada por la Red de Cámaras de Comercio.
Por su parte, las Plataformas Sociales Salesianas gestionan 131 proyectos de inserción social y laboral en los que se acompaña a más de 33.000 personas gracias a casi 600 trabajadores y 100 personas voluntarias. Para este 1º de mayo, estas entidades han lanzado la campaña ‘Experiencias sin trabajo decente’ para invitar a reflexionar sobre las situaciones cotidianas que viven actualmente en nuestro país cerca de 11 millones de personas en riesgo de pobreza y/o exclusión social, bien por estar desempleadas o por tener un trabajo precario. Muchos de los programas que desarrollan inciden sobre la mejora de la empleabilidad, especialmente de jóvenes, mujeres y migrantes, como cursos de formación para el empleo y orientación laboral, programas de mentoring, primera experiencia profesional, acompañamiento e intermediación laboral, etc.
También desde los Centros Juveniles (99 en toda España con unos 36.000 jóvenes y 4.350 animadores) se trabaja para mejorar la empleabilidad juvenil. Así, la Confederación de Centros Juveniles Don Bosco es miembro fundador, junto con Didania y el Movimiento Scouts-ASDE, de la asociación RECONOCE, que consiste en certificar las competencias adquiridas a través del voluntariado y que a la hora de buscar empleo incrementan en un 9% la posibilidad de conseguirlo para los jóvenes. También estos días se pondrá en marcha la campaña ‘Nuestro futuro laboral es un meme’ para denunciar la situación laboral que vive hoy la juventud, sensibilizar a la sociedad y organismos públicos en la necesidad de mejorar la situación laboral de la juventud, promover la participación juvenil y generar espacios de empoderamiento de la juventud, entre otras iniciativas.
Desde su compromiso diario en la formación y educación de los jóvenes, para que puedan insertarse de manera activa en la sociedad, las entidades salesianas piden a los agentes sociales adoptar políticas y compromisos a favor de empleos dignos, sostenibles e inclusivos, que permita a las personas desarrollar un modelo de vida digna y participar en la construcción de la sociedad.