Desde hace ya algunos años, la obra salesiana “Sacro Cuore” de Roma se ha teñido de mil colores, gracias al “Proyecto misionero Sacro Cuore. Una experiencia de Resurrección para los jóvenes del mundo”. Se trata de un conjunto de actividades dedicadas a los jóvenes, italianos e inmigrantes, que frecuentan la obra, situado junto a la estación Termini, verdadero cruce de culturas y de situaciones críticas de la Capital.
En 2009, junto con las Misioneras de Cristo Resucitado, los Salesianos han comenzado a reflexionar sobre cómo convertir la obra del Sacro Cuore en un punto de referencia para tantos jóvenes, también para los más pobres. Entre las diferentes pobrezas juveniles nos hemos dado cuenta de los jóvenes refugiados o solicitantes de asilo que revolotean por la estación Termini, desorientados y con necesidades urgentes.
El proyecto actual se dirige a cerca de 170/180 jóvenes refugiados – personas que huyen de sus países porque allí existe un permanente y fundado peligro para ellos – o personas a las que el estado Italiano reconoce por varios motivos la protección subsidiaria o humanitaria. En su mayoría son hombres de 20 y 30 años, cuyo lugar de origen varía con el pasar de los años y con el cambio de los flujos migratorios.
El problema principal es la socialización. “Favorecemos la creación de una red social para estos jóvenes que representan un fuerte riesgo de marginación. Nuestro objetivo es crear una “casa que acoge”, donde puedan sentirse bienvenidos independientemente de su religión, etnia o procedencia y donde puedan encontrar a jóvenes italianos con los que puedan entrar en contacto”, explica don Emanuele De Maria, responsable del proyecto por parte de los Salesianos. Con este fin se realizan salidas, fiestas, grupos de confrontación religiosa…
Otras actividades se refieren a la inserción de los chicos en la sociedad italiana: cursos de Italiano, ante todo, pero también de alfabetización informática, de ayuda al estudio para conseguir un diploma, de guía escuela, ayuda en la preparación de un Curriculum Vitae o una entrevista de trabajo…
Todo esto llevado a cabo bajo la coordinación de los Salesianos y de las Misioneras de Cristo Resucitado, por unos 40 jóvenes voluntarios y por jóvenes comprometidos con el Servicio Civil; a todos ellos, antes de adaptarse a los respectivos ámbitos, se les forma expresamente para ello, ya sea en la manera de realizar sus obligaciones, o para mejor asimilar el estilo salesiano. Y no son pocos los voluntarios que a través de este compromiso han comenzado o reemprendido caminos de fe y de espiritualidad.