En la tarde del 16 de noviembre se anunció la suspensión de la comunidad religiosa de Mérida tras el encuentro celebrado entre Ángel Asurmendi, Provincial de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora, los salesianos y el consejo de la Comunidad Educativo Pastoral.
Esta decisión es el resultado de un largo proceso de discernimiento dentro del Consejo Inspectorial apoyado en las orientaciones aportadas en el pasado capítulo inspectorial y en las palabras del Rector Mayor. Don Ángel Fernández Artime, en su carta del 9 de julio de 2018, animaba “a concretar el plan para seguir definiendo, significando y redimensionando las casas y comunidades, a fin de responder a la realidad que vivimos y así poder garantizar un buen trabajo pastoral, asegurando de este modo una adecuada dimensión cuantitativa y cualitativa de las comunidades salesianas”.
A partir de ahora, en línea con la reorganización de las presencias salesianas de España iniciada en 2014, comienza el acompañamiento y la preparación para que en el curso 2021/22 la casa de Mérida comience funcionar como una obra salesiana de gestión laical. Por ello, la decisión de la salida de la comunidad religiosa será comunicada a las diferentes autoridades eclesiásticas y civiles de la localidad. “El colegio y el resto de actividades ofrecidas seguirán funcionando porque la casa no se cierra y los salesianos seguirán presentes, aunque no exista la presencia de la comunidad religiosa”, compartía Asurmendi durante su comunicación.
“La continuidad de la presencia de los salesianos en labores de acompañamiento y animación pastoral, así como la organización de los órganos de animación necesarios para la nueva gestión de la obra, serán algunos de los aspectos que, a lo largo de este curso 2020-2021, se concretarán mediante la reflexión de la comunidad salesiana, el acompañamiento del consejo inspectorial y los servicios inspectoriales”, añadía sobre el plan de trabajo para los próximos meses.
Una nueva etapa iniciada con la esperanza de la llegada de nuevas vocaciones para la Iglesia que mantengan vivo el sueño de aquellos primeros salesianos llegados en la década de los sesenta tras la iniciativa del Sr. Obispo de la diócesis y por el deseo del Ayuntamiento de declarar de «interés social» la creación del Colegio Salesiano. Tras seis décadas de historia, la misión salesiana continuará viva en Extremadura y estará encarnada en esta casa respondiendo a las necesidades de los jóvenes y las familias de la mano de María Auxiliadora, que seguirá guiando los pasos de todos los que forman su comunidad educativa y pastoral.